Que la gente no se pueda ejercer su derecho a una pensión es la consigna del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), y para lo cual, al mero estilo priista, tumbó el sistema de informes de semanas cotizadas.

Para tener derecho a una pensión, por muy raquítica que sea, una persona debió haber aportado una cuota al IMSS, por lo menos un mínimo de 1,250 semanas.

Son más de mil 250 semanas dejando sueldo en manos de quién sabe quién y cuando se alcanza la larga meta, la burocracia asegura que “eso no es posible, pues no hay sistema y tampoco fecha para que se restablezca”, argumentan.

Esa supuesta falla no es nueva y tampoco exclusiva de una delegación del IMSS, ocurre, según dicen los mismos empleados, en todo el país, constantemente y desde hace muchos meses.

Hace unos días Tuffic Miguel Ortega, director general del IMSS, presumía que la dependencia contaba con el mejor equipo, tanto médico como administrativo. Sin embargo, al buscársele para que hiciera alguna declaración sobre ese asunto, en esa dependencia se limitaron a decir que todo a través de Comunicación Social. Y en comunicación social prefirieron callar.

De acuerdo a la ley del IMSS una persona de 60 años o más, que haya sido asegurada y tienes cumplidas al menos 500 o 1,250 semanas de cotización puede recibir una pensión.

Ley del Seguro Social 1973 o 1997, respectivamente estipula que pueden solicitar pensión de Cesantía en Edad Avanzada a partir de los 60 años cumplidos.

Si el derechohabiente tiene 65 años cumplidos o más podrás solicitar la pensión de Vejez.

Los asegurados con cotizaciones anteriores al 1 de julio de 1997, podrán elegir entre los beneficios del esquema de pensiones de la Ley del Seguro Social de 1973 o los de la Ley del Seguro Social de 1997.

Sin embargo, para evadir la ley, simplemente no hay sistema.