El juez federal que lleva los procesos contra la ex lideresa magisterial rechazó una nueva petición para enviarla a su domicilio particular, ahora basada en el argumento de que es lo más conveniente para su salud.
En septiembre pasado, el juez Alejandro Caballero había negado el beneficio de la prisión domiciliaria para Gordillo, que la pidió por ser mayor de 70 años de edad.
Gordillo fue operada en noviembre por aneurismas en el Hospital Angeles del Pedregal, pero en diciembre solicitó al juez Caballero autorización para enviarla a su casa para seguir el tratamiento, en vez de ser devuelta al Hospital General Torre Médica Tepepan exclusivo para presos, donde estaba previamente.
“Mientras no surja alguna eventualidad que amerite trasladar a la procesada del hospital en que se encuentra, que de paso fue el que sugirió su médico para que fuera atendida, a otro, incluyendo el carcelario en el que se encontraba, deberá permanecer en el primero”, resolvió Caballero el 21 de diciembre.
Ese mismo día, Gordillo promovió un amparo en el que afirmó que tanto su médico tratante, como el Hospital de Tepepan, coinciden en que lo ideal sería que estuviera en su casa.
Pero en su informe al Juez Décimo Tercero de Amparo Penal, Jesús Chávez, el Director del Hospital de Tepepan, Argemiro Genes, aclaró: “Limitando el presente a aspectos estrictamente médicos y de salud de la paciente, se considera que la recomendación del médico tratante es correcta.
“Sin embargo, esta Dirección no puede atender esa recomendación del traslado de la paciente a su domicilio”.
Como parte de este amparo, el juzgado concedió el 22 de diciembre una suspensión, con el único efecto de que se mantengan los tratamientos médicos necesarios para Gordillo, quien el 28 de diciembre se quejó porque no se había seguido la recomendación de enviarla a su casa.
“Lo absurdo es que si los médicos ya se pronunciaron sobre lo que es correcto para mi salud, no suceda nada al respecto”, reclamó Gordillo.
“Por el contrario, sigo en idénticas circunstancias, expuesta a riesgo de enfermedades nosocomiales propias de todo hospital de tercer nivel como en el que me encuentro (con la grave consecuencia de quién padeció hepatitis C y que sólo tengo un riñón)”.
***Reforma