Aunque solo fuera uno debe ser defendido. El titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), aseguró que son pocos los niños mexicanos que padecen la separación de y el ser enjaulados, más tarde confirmó que son 21 niños mexicanos fueron encerrados en jaulas y lejos de sus padres en la frontera por la política de “tolerancia cero” de Estados Unidos, aplicada desde el pasado mes de abril, los cuales representan uno por ciento de los mil 995 casos reportados por las autoridades del país vecino.
Destacó que hay dos casos que llaman su atención: el primero se trata de 12 niños que la semana pasada fueron separados de sus padres y enviados a albergues en distintos puntos de aquel país, en tanto, sus familiares fueron trasladados a un centro de detención migratoria en Seattle, Washington.
El funcionario detalló que siete de los 12 niños ya fueron repatriados, por lo que se encuentran en el proceso de agilizar el regreso o la reunificación familiar de los menores que restan, ya que algunos tienen parientes allá.
El segundo caso particular es el de una niña de 10 años con Síndrome de Down, quien fue separada junto su hermano de 10 años, de sus padres. Ante dicha situación, ingresaron a un albergue en McAllen y la madre a un centro de detención. El padre de la niña tiene carácter de residente, de modo que ya se realizan los trámites necesarios para que se vean de nuevo.
Luego de dos meses de esa práctica el canciller hizo un llamado para que EU reconsidere y detenga dicha política; y emitió un exhorto para que atienda las siguientes recomendaciones durante la instrumentación de la misma: que haga un registro concurrente de padres e hijos, para lograr rápidamente su reunificación; y que permita y facilite la comunicación cotidiana.
Exhortó a la Organización de Naciones Unidas, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Derechos Humanos, la Organización de Estados Americanos, el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, y gobiernos de otros países, a que se pronuncien sobre la situación.