El costo de un servicio funerario puede variar, regularmente está entre los 15 mil y 25 mil pesos
Los mexicanos a pesar de celebrar a la muerte cada 1 y 2 de noviembre, no le gusta pensar en la suya o en la de sus seres queridos hasta que sucede.
El estudio GCE reveló que sólo 28.3 por ciento de los encuestados tenía contratado un paquete de servicios funerarios, y 70.9 por ciento no.
“Es parte de un tabú hablar de ‘previsión a futuro’, porque muchos lo relacionan a muerte inmediata, a ‘ave de mal agüero’, a ‘no me quiero morir ahorita’”, comentó la directora de Parque de Descanso Jardines de Juan Pablo.
El asesor jurídico del Consejo Mexicano de Empresas de Servicios Funerarios (Comesef) dijo que “la mayor parte de la gente enfrenta los servicios funerarios cuando ya tiene la necesidad. Es justamente esta situación la que puede provocar que muchas funerarias se aprovechen del momento y eleven exponencialmente sus costos”.
Son esas circunstancias las que aprovechan los “coyotes”. Estas personas son las que están en los hospitales o Ministerios Públicos para ofrecer un servicio funerario a las personas que lo necesitan en el momento.
“Eso debe de estar prohibido. La misma autoridad dentro de los hospitales y la autoridad general de la delegación o sanitaria lo permite”, acusó el director de Funerales García.
Los especialistas en negocios funerarios recomiendan que cuando se contrate un servicio de este tipo se debe comparar los paquetes que ofrecen, revisar que estén registrados ante la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) y la Secretaría de Salud. Además en la página electrónica del Inegi, en el Denue, hay una lista de funerarias disponibles por localidad.
Comentaron que el costo de un servicio funerario puede variar, regularmente está entre los 15 mil y 25 mil pesos.
Contratar el servicio de una “cajonera” puede costar caro a futuro. Por ejemplo, que el acta de defunción tenga errores y a la hora de hacer una aclaración legal no corresponda con el nombre.
Puede ser que “a la mejor se inhumó sin un permiso o les venden una fosa carísima como una perpetuidad y a la hora de la hora es una temporalidad de siete años”, comentó Romero.
También recomiendan que la mejor forma para darle fin a un cuerpo, es la cremación.
El 51.5% de los encuestados del estudio del GCE les gustaría ser enterrados, 37.4 por ciento cremados y 11.1 por ciento no sabe o no contestó.
García de Funerales García indicó que un cuerpo bajo tierra (inhumación) tarda en descomponerse siete años, mientras que la cremación puede resolverlo en dos horas. “Sería el método más rápido, ecológico y natural posible”, dijo.
Por su parte, Romero comentó que se tiene el tabú de que la cremación contamina, y no es así. “Lo que crema es materia orgánica, el cuerpo es agua, lo que se crema se evapora”, aseguró.