Terror vivió velador al ser torturado por ministeriales en Lerma

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¡Si no me desmayé menos de ocho veces fue poco, pensé que me iban a matar porque querían que confesara lo que me decían!, relató Uriel, al recordar las horas que vivió durante la madrugada de este lunes cuando al menos 15 policías armados llegaron a tocarle el cristal de su coche donde se encontraba en custodia del predio para el que lo contrataron como vigilante hace un mes en la colonia Guadalupe, en Lerma.

La víctima, recordó que como de costumbre se hallaba a bordo de su coche tipo Ford color blanco afuera del predio ubicado en la calle 24 de Diciembre, donde hace un mes le contrataron junto con otros dos amigos para cuidar un predio anexo a un rancho.

Sin embargo, la madrugada de ayer los ministeriales y policías estatales, según reveló Uriel, llegaron a bordo de dos patrullas y varias camionetas cerradas, entendió que era un cateo pero nunca le presentaron el oficio, ni le dieron tiempo de saber el porqué de las agresiones.

“Me dijeron que me bajara del coche pero no les hacía caso por el miedo, me repetían que iban a romper los cristales y fue cuando bajé; me abordan a mi vehículo en la cajuela, y me comienzan a dar descargas eléctricas, yo pierdo el conocimiento de dónde estoy por el dolor, ya cuando me desperté estaba esposado y con una bolsa en la cabeza”, recordó el joven de 27 años aún con los golpes sobre el rostro y las botas enlodadas por el recorrido a donde supuestamente lo llevaron sus captores.

Sonia y su hermano, vecinos del lugar y conocidos de Uriel, narraron que los elementos policíacos, también ingresaron a su casa mientras dormían, ya pasadas la 01:00 horas de la mañana, cuando ingresaron por la fuerza y encañonaron a toda la familia, incluso dice Sonia que a ella la metieron a uno de los cuartos para intentar violarla.
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“Decían muchas groserías y me tocaban, uno de ellos me llevó al cuarto y mi familia no podía hacer nada porque los tenían con las armas sobre la cabeza”, externó la mujer.

Los elementos policíacos, según las víctimas, vestían en su mayoría de negro, otros más de civiles y todos encapuchados con armas largas, ninguno se identificó con un documento para el supuesto cateo.

Del domicilio de Sonia, los supuestos policías extrajeron celulares, carteras e incluso dinero, afirmaron las víctimas, después sin poder obligar a que repitieran lo que les obligaban decir, se fueron.

“Tenía la bolsa en la cabeza y luego me pusieron una soga con la que me jalaban hacia arriba como para colgarme y hacer que me asfixiara, no podía moverme porque traía las esposas puestas; lo que repetían era que aflojara, que ya Salomón había pagado, no sé quién es ese señor pero lo repetían, que aflojaba o aflojaba”, relató Uriel.

Una vez que pasó y los supuestos policías se fueron, entre Uriel y sus otros compañeros que trabajan con él como veladores, acudieron al Ministerio Público de Lerma, sin embargo en las oficinas les negaron la atención, les indicaron que debían acudir a la Fiscalía Especilizada en Delitos Cometidos por Servidores Públicos ubicada en Toluca.

Sin embargo, de Toluca los volvieron a enviar a Lerma, por lo que las víctimas decidieron acudir a la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (CODHEM), donde levantaron su queja y junto con un visitador regresaron a la Fiscalía Especilizada de la Procuraduría estatal.

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