Erik* había estado manejando para Uber por un año cuando sucedió. En este punto, cada viaje que Erik consiguió a través de la plataforma era destino a destino y a veces un ocasional pasajero que se bajaba en el camino. Pero aquella noche del 2015 fue diferente.
Comenzó como otro pasajero en Schertz, Texas, un modesto pueblo a 35 kilómetros de San Antonio. Erik llegó a la casa, el pasajero se subió y partieron. Pero luego el pasajero le pidió a Erik que hicieran varias paradas en unas cuantas gasolineras que estaban en la ruta hacia el destino final, un sospechoso motel en San Antonio. En cada parada ocurrió lo mismo: sin ni siquiera acercarse a la caja, el pasajero se reunía por poco tiempo con un empleado y luego volvía al automóvil. El pasajero permanecía en cada gasolinera por un minuto, de acuerdo a Erik, y nunca salía con algo que haya comprado.
Aparte de esto el pasajero actuó “muy normal” durante todo el viaje, me dijo Erik. “Conversé un poco, pero él no estaba muy interesado en responder”.
“Yo he utilizado cannabis” agregó Erik, “y cuando sabía que estaba en mi vehículo, tomaba las precauciones necesarias. Esto también significa que sé cómo se ve una transacción de drogas”. Él recuerda este viaje en particular “por lo que sucedió”, admitió Erik.
No hay manera de estar completamente seguro que este viaje fue parte de una transacción de drogas. Pero cualquier nueva tecnología (y Uber dice que es una compañía tecnológica) invariablemente será utilizada para el bien y el mal, entonces está claro que la llamada Uberización de las cosas ahora incluye el tráfico de drogas.
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Cuántas personas lo utilizan es otra pregunta. Existe sólo un puñado de casos que involucran a Uber y drogas ilegales que han sido reportados en Estados Unidos, todos confinados a las costas este y oeste. Quizás no es una tendencia, pero ¿Puede que este tipo de actividad aumente?
Potencialmente.
“Tienes un gran mercado de drogas que requiere de mecanismos de entrega fuera de la ley y que estén extendidos, se necesita una red de choferes independientes que tengan un método ideal para ocultar sus actividades” dijo Josh Klein, un tecnólogo interesado en el comercio, las economías de mercados negros y el big data.
Puede ser por esto que Uber People, un foro independiente para los choferes, está plagado de sabrosasanécdotas que tienen que ver con pasajeros que han utilizado la aplicación de transporte para facilitar negocios con drogas. Uber actualmente opera en 200 ciudades de Estados Unidos y se estima que vale 62 mil millones de dólares.
“La prohibición tampoco funcionó con el licor” me dijo Klein, “entonces no se por qué debería sorprenderme que una evolucionada plataforma de servicio al cliente y transporte que utiliza big data y posee proveedores distribuidos, no pueda ser utilizada para resolver el mismo problema”.
O como escribió un chofer de UberX de Boston en un hilo del foro Uber People, llamado “Crazy Riders” (“Pasajeros locos” en español): “Las prostitutas, los proxenetas y los traficantes han estado utilizando taxis por 400 años, ¿Realmente les sorprende que también utilicen Uber?”
Cody Jens (a la izquierda) y Luke Karasiuk fueron arrestados en las afuera de Los Angeles el año pasado bajo la sospecha de haber “Uberizado” su transporte hacía una venta de drogas. Foto: Ventura County Sheriff’s Office
Esto es lo que sucedió el enero del 2015, cuando la policía de Thousand Oaks, California, a casi 56 kilómetros al este de Los Angeles, detuvo a un Uber debido a una violación del código de vehículos. Era una detención de rutina hasta que se encontraron 2000 dólares y 100 gramos de BHO (“Butane Honey Oil” en inglés, un concentrado de marihuana muy potente) en los dos pasajeros de veintitantos años.
Los jóvenes le dijeron a las autoridades que intentaban venden el aceite de marihuana y que estaban utilizando Uber para llegar al lugar del negocio, reportó el diario Los Angeles Times. (El chofer no tenía idea que estaba transportando pasajeros que no sólo tenían drogas, si no que planeaban venderlas). Luego de ser arrestadoscon cargos de posesión de substancias controladas, los pasajeros se declararon culpables frente a la corte y fueron dejados en libertad vigilada, de acuerdo al sargento Victor Fazio del departamento de Sheriff en el condado de Ventura, quien supervisó la investigación. Fazio agregó que el chofer no esta implicado como conspirador, simplemente era un involuntario chofer de estos traficantes de droga.
Fazio me dijo que el hecho que los traficantes de drogas utilicen servicios de transportarte en línea para facilitar su negocios es un “fenómeno interesante”, aunque no está extendido. “Nosotros hemos encontrado drogas en buses y aviones, en viajes compartidos [sic] y taxis, en vehículos y bicicletas”, me dijo. “Los traficantes de droga utilizarán cualquier vehículo al que puedan acceder para llevar drogas desde el punto A al punto B, entonces Uber y Lyft por supuesto que pueden ser parte de esto”.
“Los traficantes de droga utilizarán cualquier vehículo al que puedan acceder para llevar drogas desde el punto A al punto B, entonces Uber y Lyft por supuesto que pueden ser parte de esto”.
Uber declinó responder mis preguntas sobre qué hace la compañía con la información de viajes y pasajeros sospechosos del tráfico de drogas; si acaso esa información puede o ha sido utilizada para implementar un aumento artificial de los precios en las zonas donde se sospecha que hay distribución ilegal de drogas; si Uber reporta o vigila a las personas, residencias o negocios que, al ser ingresados como destino de los viajes, se sospecha que ocurren actividades con drogas ilegales; si acaso la compañía tiene algún dato sobre los choferes que, sabiendo o no, hayan acarreado drogas o substancias ilegales; y cómo los choferes están entrenados para manejar situaciones en las que crean que hay pasajeros que estén utilizando Uber como un método de distribución de narcóticos ilegales.
En un comunicado, un representante de Uber me dijo “Estamos comprometidos a que Uber sea seguro para nuestros pasajeros y choferes, por esto es que tenemos un equipo de ex oficiales de la ley e investigadores que trabajan diligentemente para asistir a los oficiales de la ley en perseguir cual tipo de actividad criminal relacionada con nuestra plataforma y, en caso de que se presente una querella, recolectando cualquier tipo de información”.
En lo que respecta a Uber y la ley, los pasajeros que lleven drogas con ellos mientras están en un Uber no son lo mismo que los pasajeros que están traficando drogas (o intentándolo al menos). La posesión es una cosa: pero la posesión con intento de vender es un problema aparte. Uber dice no estar consciente de algún arresto hecho por traficar drogas y no sospecha que este tipo de actividad se esté llevando a cabo.
Pero han sucedido arrestos en relación con el trafico de drogas y la plataforma de Uber, ya sea que el fenómeno esté extendido o no.
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Durante los últimos dos años ha habido al menos cuatro casos criminales, incluyendo el que sucedió en Ventura, que implican el tráfico de drogas y a Uber. No todos son relacionados con la marihuana, 3 de estos casos involucraron grandes cantidades de narcóticos duros.
En enero de este año, un traficante de drogas convicto fue encontrado llevando varios kilos de heroína a un complejo de apartamentos de lujo en el sureste de Baltimore. La administración para el control de drogas (o DEA por sus siglas en inglés) cree que él había estado traficando entre 10 y 20 kilos desde fines del 2015. Lo encontraron en un Uber.
Y no sólo son pasajeros. En octubre del 2015 un hombre de Boston fue arrestado por traficar heroína y afirmó trabajar para Uber. Fue detenido por pasar un disco pare. La policía encontró 1 kilo de heroína en su Subaru. Pocos meses después de eso, en agosto del 2015, un chofer de Uber en Glendale, California, fue arrestado por cargos de sospecha en el tráfico de drogas. Las autoridades dicen que esta persona había estado manejando para Uber por dos años al momento en que incautaron desde su residencia privada un gran grupo de substancias ilegales, incluyendo MDMA, cocaína, psylocibin y metanfetaminas, también rifles, una escopeta, una pistola y casi 20.000 dólares en efectivo.
Aquí, en la ciudad de Nueva York, donde hubo más de 19 millones de viajes en Uberdesde abril a septiembre del 2014 y desde enero a junio del 2015, el chofer de Uber, llamado José del Rosario Fernández, fue arrestado recientemente por acarrear grandes cantidades de heroína mientras llevaba pasajeros en su Toyota Highlander, el que estaba registrado a su nombre y que él utilizaba como su vehículo de Uber. Fernandez fue arrestado y liberado luego de pagar una fianza de $10 mil dólares, actualmente enfrenta distintos cargos incluyendo conspiración y posesión de una substancia controlada. El abogado de Fernandez, Patrick Brackley, no pudo ser contactado.
Kati Cornell, directora de información publica en la fiscalía especial de narcóticos de Nueva York, quienes están actualmente manejando el caso de Fernandez, no sabe de otros casos en que algunos de los acusados hayan trabajado como choferes tanto de Uber como de Lyft. En contraste “es muy común enjuiciar choferes en conexión con crímenes de droga”, dice Cornell, “Esto no es nada nuevo”.
Ella agregó, sin embargo, que su oficina no recolecta datos sobre la frecuencia en que los automóviles de transporte son utilizados para realizar crímenes con drogas. En otras palabras, no sabemos si los taxis tradicionales son utilizados más o menos frecuentemente en negocios con drogas respecto a los automóviles de las aplicaciones, tampoco sabemos si acaso es completamente lo opuesto o si todo sucede entre medio
Pero la venta de drogas vía Uber está sucediendo en la ciudad de Nueva York y otras. Y hay un argumento sobre por qué los servicios como Uber son tan atractivos como los taxis tradicionales para un emprendedor en la venta de drogas, quienes buscan disminuir la probabilidad de ser considerados responsables de sus propias acciones.
“Estas aplicaciones, en mi opinión, permiten que los vendedores potenciales disminuyan el riesgo, disminuyendo también la ganancia” me dijo Erik, “no es una decisión racional y no es una decisión que beneficie a la sociedad. Es muy capitalista, si. Es transferir los costos a alguien más y recoger los beneficios”.
Foto: Shutterstock
Aquel memorable viaje nocturno del 2015 con el callado pasajero, quien pidió detenerse muchas veces en distintas gasolineras antes de bajarse en un sórdido motel, fue algo que le sucedió sólo una vez a Erik. Pero esto no significa que él no estuviera nervioso a medida que esto sucedía.
Como contratista de Uber, Erik es dueño del automóvil que utiliza para la compañía. Por eso él se preocupó de ser potencialmente culpable de las acciones que los pasajeros llevan a cabo, no importa si él las sepa o no. Esta es una preocupación constante entre los choferes de estos servicios. Nadie (ni siquiera los choferes que saben que están llevando traficantes de drogas o quienes son traficantes) quieren ser juzgados por ser cómplices de un delito. Esto fastidió a Erik todo el camino, desde Schertz a San Antonio.
“Me sentí incomodo por las posibles ramificaciones legales” me dijo. De repente él se dio cuenta de otro extraño riesgo: esconder drogas en su automóvil. Como alguien que ya ha trabajado en estos servicios, Erik lleva de forma segura a los pasajeros y sus pertenencias hasta el destino. Los “qué pasaría si” es lo que ocasionalmente hace que esto sea estrenaste.
Erik ha mantenido su perfil en Uber activo, pero no ha manejado para el servicio en el último año. Quizás un día volverá a hacerlo, entonces mantiene abierta la opción, pero conoce cómo funciona todo esto.
“La venta de drogas siempre continuará” él dice, “las aplicaciones sólo permite que las personas, sin saberlo, compartan el riesgo”.