Unas 80.000 personas murieron en Estados Unidos el pasado invierno a consecuencia de la gripe o de condiciones relacionadas a este virus, según confirmó a Efe una portavoz de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) de este país.
La cifra es la más alta en las últimas cuatro décadas, en concreto desde la temporada 1976-1977, de acuerdo con datos de los CDC.
Durante la pasada temporada predominó el virus A (H3N2), cuya protección con la vacuna era del 25 %, de acuerdo con información publicada en el sitio de internet de los CDC.
Hasta el 25 de agosto de 2018, se reportaron un total de 180 muertes pediátricas en la temporada 2017-2018, de las cuales un 80 % correspondieron a niños que no se vacunaron contra el virus, de acuerdo con los CDC.
Según las autoridades, entre el 1 de octubre de 2017 y el 28 de abril de 2018 se reportaron 30.453 hospitalizaciones confirmadas por laboratorio debido a la gripe.
Las personas mayores de 65 años representaron aproximadamente el 58 % de estas hospitalizaciones y en general, en todos los grupos por edades, las cifras de hospitalizaciones fueron más altas que en años anteriores.
Los CDC recomiendan la vacunación de personas con alto riesgo, como los niños pequeños, las mujeres embarazadas, las personas con afecciones crónicas como asma, diabetes o enfermedades cardíacas, de los pulmones y los adultos mayores de 65 años.
Este año se cumplen 100 años de la peor temporada de la gripe de la que se tenga registro en Estados Unidos, la que comenzó en 1918, cuando murieron 675.000 personas en los dos años que duró.