La presencia del virus coxsackie tomó desprevenida a la mayor parte de la población de Hidalgo. De manera repentina este padecimiento hizo su aparición en una familia que radica en el municipio de Tezontepec de Aldama, uno de los lugares que ha registrado el brote.
Marlen cuenta que su hija de cuatro años se encontraba llena de granos y con una fuerte molestia para comer. En el colegio donde acude nadie se había dado cuenta, así que la niña permaneció con los síntomas durante todo el día, hasta que sus padres acudieron a recogerla. “Yo la mandé bien a la escuela sin ningún problema, nadie me habló tampoco para decirme que estaba mal”.
Refiere que alrededor de las tres de la tarde, que es el horario de salida, acudió por la menor, quien le dijo tenía unos granos en su mano. “Yo noté como ámpulas en la boca. Mi niña es alérgica a los piquetes de insectos, por lo que de inmediato la llevé al centro de salud que está en la población”.
Señala que en el lugar sólo había una enfermera, quien le dijo que el médico estaba de vacaciones y no había quién la pudiera atender.
“Ahora que se sabe de la enfermedad me han reclamado porque la llevé con un médico particular, eso es de risa querían que me esperara hasta que regresara el doctor o cómo”.
Cuenta que al no recibir atención de los servicios públicos de salud, acudió con su médico, quien le diagnosticó que se trataba del virus coxsackie. “Cuando me dijo yo no sabía de qué se trataba, nunca había escuchado hablar de ese virus, al principio si me asusté por la fiebre y las ámpulas, pero el médico me dijo que no era peligroso”.
Marlen asegura que el doctor particular que la atendió le informó que la enfermedad no se había presentado en el estado y que los primeros casos habían sido en Tlaxcala, por lo cual alguien que había acudido a esa entidad, se había contagiado y traído el virus al estado.
A la semana de que a su pequeña la diagnosticaran con coxsackie, dice que otra de sus hijas de apenas tres años también comenzó con las manifestaciones.
“Yo hice todo lo que el médico me indicó, tomé todas la medidas, lavar con cloro todo, desinfectar incluso los utensilios que utilizaba, los separaba, les ponía gel, pero aun así se contagió”.
En el colegio, señala, tampoco conocían del padecimiento, “yo le llevé la receta a la maestra para que se tomarán las medidas necesarias y pues si se desinfectó el lugar y se informó a los padres de familia de qué se trataba”.
Hoy las dos niñas han superado el cuadro de la enfermedad, incluso la mayor ya regresó al colegio. Lamenta que ahora que las niñas ya están bien las enfermeras del Centro de Salud y el médico han acudido de manera constante a su domicilio, “ahora ya para qué, sólo para cumplir que hacen su trabajo cuando en realidad no es así”.
En el municipio, dice, se registraron varios casos, y de manera coincidente nadie había escuchado de este virus. “Dicen que no es algo nuevo, que siempre ha existido, yo sólo digo por qué entonces nadie había informado, en la calle y a dónde sea nadie había escuchado de eso”.
“Si yo no hubiera acudido al médico y me quedo pensando que era sólo por el calor o cualquier otra cosa tal vez el brote hubiera sido mayor”, asevera.