Para prevenir daños a la salud relacionados con el consumo del cigarrillo y proteger a los no fumadores de esta práctica, el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia del Estado de México (DIFEM) realiza una serie de pláticas informativas sobre la normatividad en la materia y de sensibilización dirigidas a los servidores públicos del organismo asistencial.
Claudia Hernández Hernández, subdirectora de Prevención de las Adicciones y Atención Primaria a la Salud del DIFEM, refirió que la capacitación, sumada al programa para la protección de no fumadores, colocación de periódicos murales informativos y difusión de la legislación en la materia, forman parte de las acciones emprendidas por esta institución para lograr la certificación de sus instalaciones como Espacios 100 por ciento libres de humo de tabaco, que busca obtener este dictamen en mayo del año que viene por parte de las autoridades de salud en la entidad.
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Refirió que en la entidad mexiquense 1 millón 675 mil personas no fumadoras han estado expuestos al humo del cigarrillo; además de que diariamente fallecen 13 personas debido a enfermedades relacionadas con esta práctica que provoca la muerte de personas productivas, priva a las familias del principal ingreso familiar y al país de la fuerza de trabajo saludable.
En este sentido dijo que el humo de tabaco ajeno puede ocasionar cáncer de pulmón, de cavidades oral y nasal, cáncer de mamá en mujeres jóvenes, ataques cardíacos, puede causar y agravar el asma; en los niños es motivo de enfermedades respiratorias agudas, infecciones del oído medio e inhibe la función pulmonar.
Apuntó que de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud el consumo de tabaco y la exposición al humo es un problema de salud pública, además de considerarse como la primera causa de muerte prevenible a nivel mundial.
Maricela Peña Téllez, psicóloga adscrita al Departamento de Prevención de las Adicciones, dijo para proteger la salud y la calidad de vida tanto de los fumadores deben reconsiderar los factores y consecuencias que inciden en esta práctica, cuyas consecuencias son devastadoras para la salud y la calidad de vida, y que son: consumo en el seno familiar, entre compañeros, tolerancia social, búsqueda de una imagen social, baja percepción de riesgo, alta disponibilidad y acceso a cigarrillos, así como la difusión en medios de comunicación.
