En medio de campos de agave y árboles, un hotel en el occidental estado mexicano de Jalisco ofrece a sus huéspedes la experiencia de “convertirse” en la tradicional bebida del tequila y “reposar” en enormes barricas durante una o más noches.
Enclavado en una de las fábricas del municipio de Tequila, que le dio nombre a este licor mexicano, el hotel recibe a sus clientes en habitaciones redondas en forma de barricas y los invita a sentir “la alquimia” de los olores que emanan del proceso de destilación de una bebida, explica a Efe Lorena Rosales, gerente comercial del hotel Matices.
En tono de broma, añade que pernoctar en estas barricas en medio de un ambiente artesanal y campirano, alejado del estrés de la ciudad, convierte al visitante en un “tequila reposado”.
“Estás hospedado dentro de una fábrica tequilera, sobre un paisaje (de agaves), aquí la idea es que el huésped duerma dentro de una barrica y sea (como) un tequila. Al día siguiente cuando se despierte ya lo consideramos un tequila reposado”, bromea Rosales.
El hotel está en un terreno cercano a las faldas del volcán Tequila. El silencio de la vida del campo y los cálidos colores de los sembradíos de la planta del agave con la que se produce el tequila se mezclan para dar una sensación de tranquilidad y relajación.
“Llegas a un lugar donde vas a respirar tranquilidad y aire puro, vas a ver los campos, a los animales que andan entre los agaves. Eso es lo que muchos vienen buscando”, afirma.
La idea de construir este hotel surgió hace 10 años por el dueño de La cofradía, la fábrica que está a unos metros. Al principio las habitaciones eran cuartos comunes, luego surgió la idea de ofrecer “un concepto innovador” más allá del lujo cinco estrellas que atrajera al público nacional y extranjero.
Además de las habitaciones de tipo rústico, el hotel ofrece cata de tequila, recorridos por el pueblo mágico, actividades en la naturaleza, fogatas para resguardarse del frío y observar las estrellas, así como la posibilidad de hacer su propia botella de cerámica o adoptar un agave.
Quien adopta una de estas plantas “adquiere el compromiso” de visitarla con frecuencia y una vez que esta madura (alrededor de ocho años), se somete al proceso de destilación y se envasa en varias botellas de tequila que son obsequiadas al mentor, asegura Yazmín Lizama, otra de las gerentes del lugar.
Con apenas un año de haber inaugurado las nueve barricas con las que inició el hotel, el lugar es visitado por turistas de todos los estados de México, aunque también por los extranjeros, todos interesados en conocer más de cerca lo relacionado con la elaboración del tequila.
Edgar Tirado es uno de estos visitantes. Junto a su novia, acudió a este hotel atraído por la peculiaridad de sus habitaciones y dice a Efe que quedó sorprendido por la tranquilidad que se respira en el lugar.
Además de poder degustar el tequila, cuenta que lo que más disfrutó de su estancia fue la decoración y el paisaje que se despliega a su alrededor.
“(Está) muy innovador, muy original, muy acogedor y muy tranquilo y para salirse un poco de la rutina. Vale mucho la pena”, afirma el joven, quien se dice amante de esta bebida típica de Jalisco.
Rosales adelanta que para este año construyen nuevas habitaciones para satisfacer la demanda que han experimentado en los meses recientes y la meta es llegar a 50 barricas, además de agregar otros servicios para atender a las familias que acuden con niños pequeños.