Los medios de comunicación son considerados como el cuarto poder, fenómeno teorizado precozmente por el irlandés Edmund Burke desde el siglo XVIII. En una función ética, debieran ser un contrapeso de la información oficial, informar a la población sobre lo que sucede, ventilar el mal ejercicio, o buen ejercicio de gobierno cuando es el caso.
Muchos medios de comunicación dependen de la publicidad oficial, es decir, el mismo gobierno en casos muy extremos, llega a sostener a los medios de comunicación en los cuáles se anuncia. Bajo la condición de que se hable bien de las acciones de los funcionarios públicos.
Lo mismo sucede con los periodistas. Algunos de ellos acumulan fama, y por tanto, fuerza en la opinión pública. A los políticos les pesa más lo que dicen, o no, algunos periodistas, en comparación de otros. En México, por la concentración de público en los medios tradicionales, fenómeno que apenas va cambiando con internet, muchos periodistas tienen una influencia enorme.
Es sencillo, por ejemplo, citar a los periodistas que trabajan en las principales televisoras para la mayoría de la población. Recordemos que en México, al menos el 90% de los hogares tienen televisión.
Algunos directores de medios políticos independientes como Daniel Moreno de Animal Político, y organizaciones como Article 19, advierten del control indirecto que se hace a los medios de comunicación, por medio del gasto de publicidad de gobierno.
No es difícil imaginar la manipulación directa que se puede hacer con los periodistas cuando se les dan apoyos con presupuesto público.
Por su responsabilidad democrática es grave que los medios de comunicación dependan de presupuestos públicos, y más aún, que se den transferencias directas a influyentes periodistas.
En las redes sociales circula la copia del cheque que le dan a Joaquin López Dóriga
Hace poco se dio a conocer una lista de varios periodistas que aparecen en los gastos de publicidad del gobierno federal en el primer semestre de 2013, la mayoría, muy conocidos y cuyos nombres aparecen ¡como trasnferencias directas! Algunos periodistas además tienen sus propios sitios de noticias, justamente, por la influencia que tienen.
Algo así está pasando con las redes sociales, por ejemplo: un perfil con influencia puede ser considerado un medio de comunicación por sí mismo, o al menos tiene ese potencial, por el público al que puede llegar cuando tiene muchos seguidores.
Presentamos la lista publicada por el gobierno federal, el tema es polémico, los que debieran fungir como un contrapeso político, estarían siendo cooptados, indirectamente, por la fuerza del poder económico. Ya se ha advertido desde hace tiempo.
Joaquín López-Doriga, $10.637,000.72 @LopezDoriga
José Cárdenas, $2.810,000.72, @JoseCardenas1
Óscar Mario Beteta, $2.338,000.56, @MarioBeteta
Ricardo Rocha, $2.078,000.72, @RicardoRocha_Mx
Eduardo Ruiz Healy $2.078,000.72, @RuizHealy
Jorge Fernández $1.836,000.25, @J_Fdz_Menendez
Denise Maerker, $1.818,000.88, @Denise_Maerker
Ciro Gómez Leyva, $1.707,000.52, @CiroGomezL
Adela Micha, $1.436,000.38, @Adela_Micha
Paola Rojas, $1.299,000.20 @Paola_Rojas_H
Ricardo Alemán, $2.600,000, @RicardoAlemanMx, catalogado como “Reconocimiento Especial”. Alemán conduce un programa en la televisión mexiquense, es columnista del Universal y es considerado de los periodistas más corruptos del país, que sólo habla bien de quien le paga sumas millonarias.
Varios de estos comunicadores alaban en los espacios en los que trabajan, la labor de los funcionarios del gabinete presidencial que les paga para que denosten a los que consideran oposición seria en el país y dibujen en sus comentarios el panorama de un país que sólo existe en sus imaginaciones.