EL TAPADO DE LA 4T Por: Norberto Hernández

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Pasadas las elecciones, ya no fue posible contener los ánimos entre políticos y funcionarios del círculo cercano alpresidente de la República, Andrés Manuel López Obrador(AMLO). Los nombres de los más expuestos a los medios y la opinión pública comenzaron a repetirse como reguero de pólvora. Claudia, Marcelo y Ricardo rompieron el cerco de las mañaneras para llenar los espacios de prensa, radio, mesas de análisis y publicaciones especializadas en temas políticos. Tanto Claudia como Marcelo están pagando un costo político no calculado en sus agendas por la candidatura presidencial. El terrible y dramático derrumbe de un puente de la línea 12 del metro marcó el arranque de la sucesión de los dos con el pie izquierdo; una paradoja para dos militantes de la izquierda. Adicionalmente, Claudia perdió la mayoría de las alcaldías en la Ciudad de México.

En tanto para Ricardo, su impulso en la carrera presidencial ha tenido notas de escándalo. Algunas de ellas, lo llaman el traidor por, supuestamente, operar en contra de MORENA en las elecciones de la Ciudad de México. Los resultados negativos obtenidos afectan directamente la imagen de Claudia. Pasadas las elecciones, ha tenido un manejo de gran ganador y aprovecha todos los foros donde lo invitan. Su indiscutible liderazgo en la Cámara de Senadores lo ha hecho una figura importante para el presidente y la 4T; pero se engaña, esa posición depende de la voluntad del Jefe del Ejecutivo. Corre el riesgo de ser el Caín de MORENA. Llevar fruta podrida al señor del poder presidencial es una acción que lo pone en el límite de quedar fuera del paraíso por la sucesión. Si no es que eso ya sucedió por moverse demasiado.

Sus abiertas declaraciones sobre buscar la candidatura presidencial lo marcan como un aspirante de avanzada por dos vías. La primera se enfoca a superar en preferencias a Claudia y Marcelo, hecho que solo lo puede hacer en el plano externo; hacia el interior de MORENA no tiene fuerza por su pasado priista y prácticas de ambición personalporfirista. La segunda vía, es la más provocativa e interesante, puede estar fraguando su salida de MORENA y la 4T para ser el candidato de una coalición opositora.

No pierde tiempo y manda señales que él es un político moderado, con el que se pueden construir acuerdos. Es un grito desesperado por decir “aquí estoy para lo que ordenen”. Sabe que su accionar mueve el tapete al presidente. Sobre todo, porque su activismo es una alternativa para romper la efectividad de las mañaneras. Los medios lo saben, dar juego a Ricardo es romper el esquema del ejercicio del poder que tiene como epicentro Palacio Nacional. Claudia y Marcelo se mueven en la disciplina, a Ricardo eso no lo limita.

Sus modos, son estrictamente oportunistas como lo marca su salida del PRI, cuando no fue favorecido con la candidatura por la gubernatura en Zacatecas. “Si no me la dan me voy; y se fue”. Ganó la candidatura y la gubernatura por el Partido de la Revolución Democrática (PRD). En 2018, pretendió ser el candidato a la Jefatura de la Ciudad de México cuando la favorecida indiscutible era Claudia. Obligó una negociación con el entonces candidato presidencial. Fue designado candidato a senador, para luego ser el líder de esa cámara. Si bien su cabildeo en el Senado de la República es su máxima ventaja, también es cierto que el partido del presidente ganó doce de las quince gubernaturas en las elecciones pasadas. Lo tejido con los senadores opositores ya no existe. La otra debilidad de sus ambiciones es que AMLO no es Fox ni Calderón; este sabe ejercer el poder y poner quietos a “los toros del jaral”.

Mientras los medios y todos los interesados en el tema de la próxima sucesión lanzan sus baterías sobre estos tres personajes, existe uno que por ahí anda, sin hacer mucho ruido, sin sacar sus banderas de “yo quiero ser”. Este no es de extremos como Claudia; es un hombre al que no se puede reclamar nada sobre su pasado, al ser nieto e hijo de dos figuras políticas que fundaron el movimiento que ahora vive la 4T. Está preparado desde y para ejercer el poder.

Reúne formación académica, cercanía con los grupos de poder económico y político más allá de MORENA; además tiene experiencia legislativa y de gobierno. Sobre todo, ha visto desde su infancia cómo es y cómo se ejerce la política desde el oficialismo y la oposición. Es el más formado para asumir la responsabilidad de gobernar a partir de dar continuidad al cambio de régimen y la 4T. Entre su abuelo, padre y el actual presidente del país hay coincidencias sobre el proyecto de Nación; en particular, en materia energética y el modelo económico fundado en el nacionalismo.

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