Al contratar a médicos cubanos el gobierno de México se convierte automáticamente en cómplice de las atrocidades cometidas por el régimen de Miguel Díaz-Canel contra el pueblo cubano, dice Osvaldo Tamayo, un internista de la isla que desde hace poco más de cinco años radica en Ecuador.

“Si se prestan a ese plan es complicidad total con el gobierno nuestro de Cuba, porque estamos hablando de tercerismo, de esclavitud moderna”, comenta el especialista a EL UNIVERSAL, quien agrega que aún se encuentra en “metamorfosis”, adaptándose a vivir en libertad, sin ataduras.

El médico cubano estuvo presente en la conferencia Misiones Médicas Cubanas, que encabezó Javier Larrondo, presidente de la ONG Prisioners Defenders, quien expuso que en 2021 el gobierno mexicano destinó para los médicos cubanos que vinieron al país casi 11 mil dólares por persona.

Sin embargo, la mayor parte de esos recursos fueron a parar a las arcas del gobierno que encabeza Díaz-Canel, mientras que los trabajadores apenas recibieron dos pagos, uno de 400 dólares y uno más de 324 dólares, al volver.

De 56 años de edad, Osvaldo Tamayo asegura que detrás de las brigadas médicas cubanas se encuentra el interés de financiar el “régimen totalitarista” de la isla, que encabeza Díaz-Canel.

“No tengo la menor duda. En Argelia éramos un total de 890 colaboradores, entre médicos y personal del gobierno cubano. El gobierno de ese país africano pagaba a Cuba más de 70 millones de euros anuales, esa cantidad entre los 890 da un aproximado de 78 mil dólares anuales que representaba cada profesional de la salud. Por mes, representaban 6 mil 654 dólares por cada colaborador. Y por esa misión sólo nos daban 850 dólares mensuales. Evidentemente, estamos hablando de terciarismo, de esclavitud moderna y de complicidades de gobiernos y de la propia Organización Panamericana de la Salud”, refiere.

En esta misma dirección se expresa el siquiatra Emilio Arteaga, quien era profesor en el Hospital de Ciencias Médicas en La Habana y actualmente radica en Madrid, España.

“El Estado cubano se queda con alrededor de 80% y en algunos casos más por el dinero que se paga por nuestros servicios. Ya sentía que no era éticamente coherente conmigo mismo formar parte de algo que en el fondo era una trata y una esclavitud moderna, pero además que te usan desde el punto de vista político para también de alguna forma promulgar, hacer proselitismo político. Eso sinceramente a mí me asqueaba”, dijo.

Antes de radicar en Ecuador, donde se encuentra junto a su esposa y sus hijas, Osvaldo Tamayo formó parte de brigadas de médicos que estuvieron en Haití y en Argelia, donde estuvo dos años con otros médicos especialistas, expone.

Relata que en Haití vivió en una comunidad donde no había agua ni energía eléctrica y cobrando 300 dólares, cuando su gobierno percibía 2 mil 800 mensuales por cada especialista.