En medio de la necesidad de una vacuna contra el Covid-19, una de las esperanzas recaía en la solución que realizaban expertos rusos; no obstante, un grupo de investigadores ha puesto los puntos sobre las íes luego que algunos datos que resultaron de los ensayos clínicos comparten patrones repetitivos.
Esto ha alertado a un grupo conformado por 38 investigadores de países como Estados Unidos, Italia, Gran Bretaña, Alemania y Suecia, entre otras naciones, quienes han realizado una carta abierta para pedir explicaciones tras los resultados publicados en “The Lancet”.
Según se recoge en “Nature”, los investigadores destacan valores que parecen estar duplicados, además que el documento presenta sus resultados únicamente como diagramas de caja sin proporcionar un desglose detallado.
“Si bien la investigación descrita en este estudio es potencialmente significativa, la presentación de los datos plantea varias preocupaciones que requieren acceso a los datos originales para investigar completamente”, se lee en la misiva.
Además los expertos mostraron su preocupación por la vía rápida que se empleó antes de completar los ensayos más amplios de seguridad y eficacia.
En los ensayos se emplearon dos vacunas de vectores virales ligeramente diferentes que usan adenovirus modificados genéticamente. Se obtuvo una respuesta inmune fuerte, pero también efectos secundarios a corto plazo como irritación en los lugares de vacunación y dolores de cabeza.
Vacuna rusa contra el Covid-19, a observación
La carta fue publicada en el blog del biólogo molecular Enrico Bucci, quien aseguró que notó las irregularidades cuando el estudio fue publicado en “Lancet”, en los que señaló por ejemplo las mediciones de marcadores de un tipo de célula inmunitaria en la sangre.
“Las probabilidades de que esto surja por coincidencia son extremadamente pequeñas”, aseguró el experto de la Temple University en Estados Unidos.
A esta voz se sumó la de Konstantin Andreev, encargado de estudiar las infecciones respiratorias virales en la Universidad Northwestern en Evanston, Illinois: “Ver patrones de datos similares entre mediciones no relacionadas es realmente poco probable”.
Los ensayos clínicos de fase tardía de la vacuna comenzaron el 26 de agosto, ante eso Bucci aseguró que tenían que alzar la voz para hacer una revisión sobre los informes.
Agregó que no es que estén alegando mala conducta científica, pero es una aclaración sobre cómo es que surgieron las similitudes en torno a los resultados de los ensayos.
“Tenemos muchos datos cuestionables, en términos de su presentación (…) Quizá los datos sean buenos,, no podemos juzgar”, se agrega en la publicación, pues el desglose detallado de la información fue contrastante a cuando hizo lo mismo la vacuna de AstraZeneca y la Universidad de Oxford.
La vacuna rusa contra el Covid-19 ha causado polémica desde que se anunció como una cura contra la enfermedad que ha cobrado miles de vidas. Hoy el ministro de sanidad de Rusia, Mijaíl Murashko, admitió que algunos de los vacunados han tenido efectos secundarios.
“Más de 300 personas fueron vacunadas. Aproximadamente 14% de ellas se quejaron de un poco de debilidad, leves dolores musculares a lo largo del día y, a veces, de fiebre”, comentó Murashko a la prensa, citado por la agencia TASS.
La pandemia de Covid-19 ha infectado a 29.4 millones de personas en todo el mundo, cobrando la vida de 931 mil seres humanos.