Además de abaratar la salud, los consultorios médicos exprés instalados en farmacias, incluyendo los llamados similares, son unos “burdeles” de la medicina, pues los galenos que atienden sólo están para entregar “recetotas” a los pacientes y vender más, lo que denigra la labor, coincidieron en señalar varios médicos especialistas.
Al ser cuestionados sobre esta actividad médica, los médicos especialistas Tomás Peña, traumatólogo; Marcos Rolando Tourlay, anestesiólogo; Felipe Quintero, traumatólogo y Gerardo Cervero, médico cirujano, señalaron que estos lugares son lo más bajo y corrupto que existe en la medicina.
“La opinión que yo tengo es que el médico de estos consultorios es como una prostituta de la medicina, no puedes abaratar tanto el servicio médico, pues le quitas la dignidad y el estatus a esta figura”, mencionó Tomás Peña.
Lo cierto es que el mismo sistema ha generado esos vicios, comentó Marcos Rolando Tourlay, “yo tengo una sobrina que estaba haciendo su servicio social y fue a pedir trabajo los fines de semana a este tipo de farmacias, sin embargo, la obligaron a recetarle muchas medicinas a los pacientes y por esto los rechazó”.
En estos sitios, dijeron, no venden salud, pues les dan al paciente medicamentos que ni necesita, “al paciente sólo se les debe dar lo que necesita, pero cualquiera que va a esos sitios sale con una recetota que incluye vitaminas y hasta dos o tres antibióticos”, indicó Felipe Quintero, traumatólogo que labora en el hospital Dr. Nicolás San Juan.
Incluso, añadió el médico cirujano que trabaja en el ISSSTE, Gerardo Cervero, que muchos galenos que laboran en estos sitios se dedican a sacar pacientes para operar afuera con médicos deshonestos.
Además, subrayaron que este tipo de servicios no son supervisados, “estos lugares son como burdeles de la medicina, pues no puede ser que un médico se preste a este tipo de juegos, es lo más bajo que hay en la medicina”, subrayó el traumatólogo Tomás Peña.
Lo mejor, explicaron, es que el servicio fuera gratuito o incluso mejor regresar a los boticarios, ya que es denigrante que por 25 o 30 pesos, un médico trate a los pacientes, pues trabaja como un comisionista y la salud del paciente es lo que menos importa.
Por último, aseguraron que las autoridades deben supervisar estos establecimientos y no sólo al médico, sino a los medicamentos que recetan a sus pacientes, pues hay muchos que ni siquiera los necesitan.