De monumento a basurero

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El Monumento al Obrero, mejor conocido como el “Mono de fierro”, ha permanecido en el abandono desde que fue instalado a un lado del distribuidor vial de la Avenida Primero de Mayo, en su entronque con la Vía Gustavo Baz.

A decir de comerciantes de la zona, las distintas administraciones no han hecho nada por mantener en buen estado la obra y su entorno.

Basura, tambos viejos, llantas, cascajo y pedazos de troncos forman parte del paisaje que “adorna” al monumento.

  
“Lo han convertido en un verdadero baño, mucha gente aprovecha que está a oscuras para hacer sus necesidades, pasar por ahí es muy desagradable.

“La gente quiere que lo pongan en otro lugar, pero simplemente no se puede”, dijo Karla Rodríguez, vendedora de la zona.

La obra es del escultor Eduardo Xochitiotzin, quien la finalizó en 1967 y con la que quería representar la vocación industrial de Naucalpan.

Durante más de tres décadas el Monumento al Obrero, sirvió de punto de referencia y de encuentro, sin embargo, ahora se encuentra grafiteado y lleno de óxido.

En el año 2000 empezó la construcción del distribuidor vial Primero de Mayo, el cual prácticamente ocultó esta obra.

Incluso carece de alguna placa que haga referencia a la estatua, pues sólo queda el espacio vacío donde había una.

“Se robaron su placa, no se han robado al monumento porque los rateros de por aquí no tienen una grúa”, dijo Joaquín Verdier, vecino de la zona.

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