“No hay un nivel seguro de exposición al humo del tabaco“, apuntó la autora del estudio, Maki Inoue-Choi, de la división de epidemiología y genética del cáncer del Instituto Nacional del Cáncer (NCI) de EE. UU.
“Dejar de fumar beneficia a todos los fumadores, independientemente de cuántos cigarrillos fumen”, añadió en un comunicado de prensa del instituto.
En el estudio, el equipo de Inoue-Choi siguió los datos de más de 290,000 estadounidenses mayores, de 59 a 82 años de edad. Los investigadores deseaban evaluar los riesgos de fumar de forma “leve”, que se definió como 10 o menos cigarrillos al día.
Se preguntó a todos los fumadores sobre sus hábitos de fumar en nueve momentos distintos de sus vidas, comenzando antes de que cumplieran los 15 años hasta que cumplieron los 70.
En comparación con las personas que nunca habían fumado, los que fumaron un promedio de un cigarrillo o menos al día a lo largo de su vida seguían teniendo un riesgo un 64 por ciento más alto de morir de forma precoz. Y los que fumaron entre uno y 10 cigarrillos al día tenían un riesgo un 87 por ciento más alto, mostraron los hallazgos.
Además, nunca es demasiado temprano, ni demasiado tarde, para dejar de fumar. El estudio mostró que el riesgo de una muerte temprana era más bajo para los fumadores leves que siguieron siendo fumadores leves. Y mientras más jóvenes eran al dejar de fumar, más bajo era su riesgo, encontró el equipo del NCI.
Los investigadores también observaron las causas específicas de muerte. En comparación con los que nunca habían fumado, el riesgo de morir de cáncer de pulmón fue nueve veces mayor entre los que fumaban menos de un cigarrillo al día a lo largo de su vida, y 12 veces más alto entre los que fumaban entre uno y 10 cigarrillos al día.
Además, los que fumaban entre uno y 10 cigarrillos al día tenían seis veces más probabilidades de morir de enfermedades respiratorias (como el enfisema), y una vez y media más propensos a morir de enfermedad cardiaca en comparación con los que nunca habían fumado.
Los hallazgos no sorprendieron a dos médicos que trabajan con pacientes fumadores.
“Simplemente no hay un nivel seguro de tabaquismo”, dijo el Dr. Len Horovitz, especialista pulmonar del Hospital Lenox Hill de la ciudad de Nueva York. “Dejar de fumar es imperativo, pero no comenzar nunca a fumar es incluso mejor”.
Patricia Folan, directora del Centro de Control del Tabaco de Northwell Health en Great Neck, Nueva York, comentó que “mi experiencia con los fumadores de intensidad baja es que con frecuencia no se consideran fumadores ‘reales’. Cuando se les pregunta si fuman, con frecuencia responden que no”.
Los hábitos de tabaquismo de esos individuos con frecuencia permanecen ocultos, dijo Folan.
“Simplemente preguntar a los pacientes si fuman quizá no sea suficiente para obtener respuestas precisas a esa pregunta”, razonó. “Quizá una mejor pregunta sería ‘¿Cuándo fue la última vez que fumó?’, dando así a los pacientes la oportunidad de ofrecer una respuesta más precisa sobre si fuman en lo absoluto y cuánto fuman”.
¿QUE SUSTANCIAS PELIGROSAS CONTIENEN LOS CIGARROS?
Unas encuestas nacionales de adultos y adolescentes sugieren que muchos estadounidenses comprenden mal las sustancias peligrosas que se ocultan en el humo de los cigarrillos.
Lo más preocupante para los investigadores es que a medida que los productores de tabaco resaltan la eliminación de los aditivos, entre un 43 y un 72 por ciento de los encuestados creen de forma errónea que esos aditivos producen los compuestos químicos más peligrosos del humo.
No está claro si alguien tendrá más probabilidades de comenzar a fumar o de seguir fumando porque entiende mal cuáles son las sustancias químicas del humo, anotaron los autores del estudio.
Pero “las personas deberían saber que los cigarrillos son letales, y por qué”, afirmó el autor del estudio, Noel Brewer, profesor de conductas de la salud en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill. “Las personas tienen muchos malentendidos sobre qué hay en el humo de los cigarrillos, cómo llegó allí y cómo protegerse de lo que hay”.
Los investigadores hicieron preguntas a poco más de 1,100 adolescentes y a 5,000 adultos en encuestas telefónicas, y realizaron una encuesta adicional en línea a 4,100 adultos. Las encuestas preguntaban sobre el rol de los filtros y sobre los contenidos del humo de los cigarrillos.
Los investigadores encontraron que entre un 22 y un 33 por ciento de los adultos, dependiendo de la encuesta, y un 27 por ciento de los adolescentes creían que los filtros extraían todas las sustancias nocivas del humo de cigarrillos.
Pero según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., “los filtros no le protegen. Están diseñados para hacer que las partículas del humo sean más pequeñas. Eso hace que la nicotina sea más fácil de absorber. Esto aumenta la adicción”.
Además, un 61 y un 72 por ciento de los adultos, dependiendo de la encuesta, y un 43 por ciento de los adolescentes dijeron que los aditivos son responsables de la mayoría de sustancias nocivas en el humo de cigarrillo. Pero los investigadores dijeron que eso tampoco es verdad.
“El daño de los cigarrillos proviene de quemarlos. No es el papel ni el filtro, ni los aditivos. Y no es ni siquiera la nicotina, a menos que sea una embarazada o un niño”, dijo Brewer. “Quemar cigarrillos crea sustancias nuevas y peligrosas, y concentra otras. Mayormente, los aditivos no parecen ser la principal fuente de daño, ni siquiera una importante”.
Entonces, ¿por qué podría la gente creer que los aditivos (que incluyen cosas como azúcar, amoníaco y saborizantes) son la fuente de las sustancias peligrosas?
“Las personas creen que los aditivos son la fuente principal del daño porque es lo que han dicho los anuncios durante años”, explicó Brewer. Pero añadió que es importante tener un conocimiento preciso cuando se trata de las sustancias del humo.
“Si no comprenden cómo los cigarrillos provocan daño, podrían, por ejemplo, cambiar a cigarrillos ‘sin aditivos’, creyendo de forma errónea que eso preservará su salud, cuando de hecho es probable que esos cigarrillos sean igual de letales” que los otros cigarrillos, apuntó.
Gary Giovino, investigador sobre el tabaquismo, es presidente del departamento de salud comunitario y conductas de la salud de la Universidad Estatal de Nueva York, en Buffalo. Alabó el estudio, y dijo que revela que “los fumadores tienen una información inadecuada”.
¿Y ahora qué? Brewer no pide programas educativos, pero anotó que “las leyes federales obligan a la FDA [la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU.] a compartir información sobre las sustancias químicas de los cigarrillos. Es importante que [la FDA] lo haga de una forma que ayude a prevenir o a reducir el hecho de fumar, pero eso no da a las personas una excusa para cambiar a otras marcas o engañarse a sí mismas de otras maneras para pensar que fumar, de cualquier forma, sea seguro”.
Giovino dijo que la FDA debe asegurarse de revisar las afirmaciones en el mercadeo del tabaco sobre los temas cubiertos en el nuevo estudio: los filtros y las sustancias en el humo de los cigarrillos.