El puerto luce en calma. Los turistas caminan relajados por las plazas y los supermercados. Los residentes los atienden con una sonrisa y agradecen las propinas, lo mismo en las taquerías, que los bares o luego de tomar algún tour. Es la dinámica habitual en la cabecera municipal del puerto internacional de Los Cabos.
Mucha gente dice que no escucha balaceras y se siente aliviada. Han pasado casi cinco meses desde aquel 20 de diciembre del 2017, cuando se generó la noticia que cimbró al puerto y lo llevó a las portadas de diarios internacionales: los seis cuerpos colgados que aparecieron simultáneamente en La Paz, en Cabo San Lucas y aquí, en San José del Cabo, dos en cada sitio.
Así recibía el encargo el recién nombrado titular de la Procuraduría General de Justicia del estado, Daniel De la Rosa Anaya, quien fungía como secretario de Seguridad Pública en el estado vecino de Baja California.
Pero con todo y el alivio de estos días, persiste la incertidumbre, las dudas y el miedo de que en cualquier momento resurja la violencia que vapuleó a Los Cabos, sobre todo en las colonias más alejadas de la zona turística, donde viven los trabajadores de los resorts, los restaurantes, los prestadores de servicios.
Antonio Hernández empaca mandado en un supermercado, justo a la entrada de la zona hotelera de San José del Cabo, cerca de la glorieta Fonatur, donde en octubre mataron a dos personas a bordo de una camioneta, así, sin más, en plena avenida que conecta con el libramiento hacia el Aeropuerto de Los Cabos y al Centro de Convenciones. El hecho escandalizó.
Don Antonio vive en la colonia El Zacatal. Esta colonia es una de tantas que registraron hechos de alto impacto durante todo el 2017, situación que hizo que Los Cabos apareciera en el número uno del ranking de la organización Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal (CCSPJP) A.C, de las urbes más violentas del mundo.
Y sí, dice el hombre, de 53 años, oriundo de Chiapas, que “se escuchaban los balazos a toda hora”.
Pero en estos meses el panorama es distinto, pues los homicidios han descendido drásticamente, según presumió en una visita reciente a La Paz el secretario de Turismo, Enrique De la Madrid Cordero, “hasta en un 90 por ciento”.
Con todo, don Antonio tiene una lectura de las cosas: “es que ya vienen las elecciones, al Gobierno no le convenía que los matones anduvieran haciendo escándalo”.
Y su opinión es compartida por otras personas y usuarios de redes sociales por estos días.
Yolanda Díaz vive en San Lucas, a 30 kilómetros de distancia de San José. San Lucas es el predilecto de los estadounidenses, solo que Yoli vive lejos de la zona turística, en la colonia Real Unidad, en una zona de invasores, donde la mayoría trabaja en las construcciones de los hoteles, pero no les alcanza el sueldo de 6 mil pesos al mes para pagar una renta del mismo monto o comprar una casa por arriba de los 600 mil pesos.
Yoli, además de lidiar con la difícil situación económica, vivió días difíciles el año pasado porque en su colonia mataron a algunas personas “no tantas como en San José”, dice, pero tenía que recorrer calles obscuras para llegar a su casa. Solo las oraciones la acompañaban, cuenta.
Hoy se siente más tranquila, pero al mismo tiempo y aunque quiere creer que “la paz” permanecerá, dice que quizá pasando las campañas, puede que el miedo vuelva.
“Así se las gastan, ya uno sabe… ¡para qué nos hacemos…!”, expresa la mujer, madre de dos pequeños.
“No nos confiamos”
Juan José Zamorano, titular de Seguridad Pública de Los Cabos, sostuvo que la estrategia aplicada en la zona ha dado resultados y mantienen el compromiso “de generar y fortalecer la sensación de seguridad” en los ciudadanos.
“El que hayan disminuido los homicidios no quiere decir que ya ganamos, debemos continuar, ser creativos. Los delincuentes también están buscando aquellos espacios donde falta presencia para poder volver a cometer ilícitos. Nosotros seguimos patrullando, seguimos con las acciones de proximidad social, no nos confiamos”, dijo a EL UNIVERSAL.
El procurador del estado, Daniel De la Rosa Anaya, rechazó que la baja en los índices de homicidio esté vinculado al tema electoral y aseguró que existe una estrategia definida que es, dijo, la que ha dado el resultados: 75 por ciento en la reducción del número de homicidios en todo el estado en los primeros cuatro meses, comparado con los últimos cuatro del año pasado.
