En el marco de la llegada a México de Evo Morales, quien renunció a la presidencia de Bolivia y solicitó asilo político por razones humanitarias, se recordó la visita de Manuel Zelaya Rosales, expresidente de Honduras, quien había sido destituido del poder por un golpe militar y que fue recibido por el entonces mandatario federal, Felipe Calderón.
El 4 agosto de 2009, Calderón Hinojosa recibió a Zelaya Rosales con honores de un jefe de Estado, aun cuando ya no era presidente, ya que fue expulsado de Honduras tras la crisis política que vivió el país en ese año. Su destitución fue ordenada por la Suprema Corte de Justicia y fue acusado de traición a la patria y otros delitos.
Durante su discurso en Los Pinos, Calderón aseveró que era imperativo que la fuerza del derecho prevaleciera y no el derecho de la fuerza, refiriéndose a la irrupción militar en Honduras.
Además, mostró su rechazó al golpe de Estado y aseguró que “constituye una práctica que es rechazada de manera categórica por todos los pueblos de América Latina que comparten principios y valores democráticos”.
Con información de Reporte índigo.