La maternidad es una de las esferas donde la brecha de género muestra su rostro más desigual. Para ejemplo de ello, basta con mirar las leyes mexicanas y poner la lupa en los permisos de paternidad y maternidad. Según los artículos referentes al tema, cinco días son suficientes para que un padre se haga responsable de sus hijas e hijos recién nacidos, pero… ¿y las mujeres?
De acuerdo con el artículo 132, fracción XXVII bis de la Ley Federal de Trabajo (LFT), los padres tienen derecho a solicitar una licencia de cinco días laborales con goce de sueldo por el nacimiento de sus hijas e hijos o por la adopción de una niña o niño. En el caso de la madre, el permiso es de seis semanas anteriores y seis posteriores al parto.
Detrás de esta legislación hay cuestiones de salud relacionadas con la recuperación de las mujeres después de dar a luz. Sin embargo, ¿quién cuida de ellas si viven únicamente con los hombres que son sus parejas? En muchos casos, sus madres, hermanas o amigas. Tal vez incluso otras mujeres que, aun sin un parentesco tan directo como el de padre-hija/hijo, brindan su apoyo tras un proceso tan doloroso y complejo como el de un parto.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés) respalda el hecho de que los días de licencia por maternidad ayudan a reducir el estrés postparto de las mujeres. No obstante, el Fondo hace mayor énfasis en que estos días son esenciales para el cuidado de la y el recién nacido, específicamente en lo que respecta a la lactancia materna.
UNICEF explica que la lactancia es esencial para el desarrollo cognitivo de los niños; además, los días de maternidad ayudan a fomentar un apego seguro entre madres e hijas e hijos. Pero ni siquiera UNICEF ha documentado la importancia de generar este mismo apego y vinculación entre los padres y sus hijos e hijas; tampoco hay muchas investigaciones sobre cómo es que la cercanía del padre en los primeros días de vida de las infancias repercute de manera positiva en su desarrollo.
Aunque el Fondo para la Infancia establece que, en efecto, debería haber igualdad de género en la educación y el cuidado de una o un recién llegado al mundo, la realidad es que las leyes en México no permiten abrir paso a esta igualdad.
Más trabajo no remunerado para las madres
La fracción II del artículo 170 de la LFT establece que, en caso de que una o un menor nazca con alguna discapacidad o necesite atención hospitalaria, la madre podrá tener hasta ocho semanas de licencia después del parto. El artículo referente a la licencia por paternidad no establece nada al respecto.
De esta manera, el cuidado de las hijas e hijos queda relegado nuevamente a la madre. Independientemente de su estado de salud, ella tendrá que hacerse cargo de sus recién nacidas y nacidos, y contará con el apoyo de su pareja únicamente por cinco días.
Esta situación de desigualdad somete a las mujeres a realizar más trabajos domésticos y de cuidados no remunerados. Además, reduce su participación en el ámbito laboral, pues a pesar de que las licencias por maternidad son descansos pagados, ellas se ven obligadas a frenar sus actividades profesionales por más tiempo que los hombres.
Ellos, por su parte, pueden seguir laborando tras cinco días del nacimiento de sus hijas e hijas, ya que a partir de un criterio estereotipado son las mujeres quienes deben dedicarse primordialmente al cuidado, mientras los hombres regresan al mundo laboral lo más pronto posible. Ellos no estancan su red de contactos profesionales o sus posibilidades de ascensos o de aumentos salariales, ni siquiera si sus hijas o hijos nacieron con necesidades de cuidados especiales.
Poca claridad legislativa sobre licencia paterna en México
Aunque la LFT mexicana establece cinco días para las licencias de paternidad, una publicación del Diario Oficial de la Federación (DOF) de noviembre del 2021 menciona 90 días de descanso con goce de sueldo. Sin embargo, no ha habido ningún tipo de manifestación generalizada de descontento por parte de colectivos formados por hombres que demanden mejores condiciones para hacerse cargo del cuidado de sus hijas e hijos recién nacidos.
Mientras tanto, en mayo pasado la Comisión de Trabajo y Previsión Social del Congreso de la Unión aprobó una serie de reformas para aumentar la cantidad de días en las licencias de paternidad, pasando de cinco a 20 y hasta 30 días en caso de que sus parejas presenten complicaciones postparto.
Esto se acerca a las recomendaciones de la UNICEF, las cuales establecen que las licencias para madres y padres deben cubrir la misma cantidad de días para alcanzar una verdadera equidad de género.
No obstante, de acuerdo con cifras de ManpowerGroup, solo uno de cada cuatro hombres en México solicitan su permiso de paternidad. Si los padres no se preocupan por estar presentes e involucrarse en los cuidados de sus hijas e hijas desde el primer día, la equidad de género deseada difícilmente se verá reflejada en nuestras sociedades.