El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, reivindicó ayer en su último mensaje sobre el Estado de la Unión la fortaleza del país que dirige desde hace siete años como primer potencia mundial, en un intento de hacer frente a la retórica apocalíptica del Partido Republicano y en especial de los precandidatos conservadores, que venden al electorado que acudirá a las urnas en noviembre el mensaje de que con el presidente demócrata, el primero de la historia, el país ha ido a peor.Esta contraofensiva optimista de Obama, en la que repasó sus logros socialiales y económicos, iba dirigida, sin nombrarlo directament, al favorito en las encuestas para alzarse como candidato presidencial republicano: Donald Trump.
Contra el miedo. El presidente pidió superar la política del miedo que encarna el magnate, mostrando así su desencanto con la deriva del discurso de la campaña del republicano, basada en la crispación.
Obama no habló explícitamente de Trump ni de ningún otro aspirante a la Casa Blanca, pero denunció el miedo que inoculan a la población: el miedo a un atentado yhadista, a los inmigrantes, al cataclismo económico, o simplemente a una decadencia inexorable de la superpotencia, que sin embargo, dijo, no se vislumbra en el horizonte.
“Quien sostenga que la economía estadounidense está en declive hace ficción”, dijo. También es ficción “toda la retórica que se oye sobre cómo nuestros enemigos se están haciendo más fuertes y América es cada vez más débil”, añadió más tarde. “Los Estados Unidos de América son la nación más fuerte de la tierra. Punto”.
Islamofobia. De nuevo con la mente puesta en Trump y en su idea de prohibir la entrada en el país de musulmanes, a raíz del atentado de San Bernardino, Obama dijo que “cuando los políticos insultan a los musulmanes, una mezquita es destrozada o un niño es intimidado, eso no nos hace más seguros. Es simplemente incorrecto. Nos disminuye ante los ojos del mundo”.
“Los mensajes exagerados de que esta es la Tercera Guerra Mundial solamente benefician a los yihadistas del Estado Islámico”, afirmó Obama. “Ellos no amenazan nuestra existencia ni tenemos que repetir la mentira de que el EI es el representante de una de las mayores religiones”, agregó.
Inmigrantes. Sobre la “amenaza” de los inmigrantes, a los que Trump llamó “criminales”, Obama dijo al respecto que han existido personas que querían poner el freno al cambio y que prometían restaurar una imaginaria gloria pasada y amenazaban a un grupo o una idea determinada. “Debemos rechazar cualquier política que apunte a personas por su raza o religión”, dijo. “No se trata de corrección política. Se trata de entender qué es lo que nos hace fuertes”.
Sin embargo, a diferencia de anteriores ocasiones, el presidente demócrata no pidió a la mayoría republicana del Congreso que apruebe su reforma migratoria.
Donde si volvió a insistir es en la vieja promesa de cerrar Guantánamo y en la más reciente de pedir el fin del embargo a Cuba.
“¿Quieren consolidar nuestro liderazgo y credibilidad en el continente? Reconozcan que la Guerra Fría ha terminado. Levanten el embargo”, dijo.
El mandatario, al que le queda un año en el poder, recordó a los legisladores que los más de 50 años de política estadunidense para aislar a Cuba “no lograron promover la democracia”, y deterioraron la imagen de Estados Unidos en Latinoamérica.
“Por eso hemos restaurado las relaciones diplomáticas, hemos abierto la puerta a los viajes y el comercio, y nos hemos posicionado para mejorar las vidas del pueblo cubano”, agregó Obama.
En cuanto a la polémica cárcel que abrió su antecesor, George W. Bush, dijo que hay que cerrarla porque es “cara e innecesaria”.