La revista inglesa The Economist se centra en la pregunta de la Consulta Nacional del 1 de agosto. “Pudo haber sido ideada por Cantinflas, un cómico que convirtió el gusto mexicano por el circunloquio en una forma de arte absurda”.
La pregunta es algo absurda, en efecto; y dicho incluso por quienes impulsan la Consulta Nacional: “¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?”
La revista británica agrega, en un artículo publicado en su última edición: “Esto es lo que el Presidente Andrés Manuel López Obrador quiere que los mexicanos decidan en un referéndum nacional el 1 de agosto. Descodificado, lo que significa es: ¿debería estar autorizado para orquestar una especie de juicio-espectáculo no oficial sobre sus cinco predecesores más recientes y sus subordinados?”.
The Economist basa su análisis en la idea de que esa pregunta (que “pudo haber sido ideada por Cantinflas”) es de López Obrador. Pero no menciona que la pregunta original, la que fue enviada por el Presidente, decía:
“¿Está de acuerdo o no con que las autoridades competentes, con apego a las leyes y procedimientos aplicables, investiguen, y en su caso sancionen, la presunta comisión de delitos por parte de los ex presidentes Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto antes, durante y después de sus respectivas gestiones?”.
Pero la mayoría en la Suprema Corte de Justicia de la Nación decidió la que será aplicada este 1 de agosto por el Instituto Nacional Electoral (INE).
“López Obrador siempre ha insistido en que se convirtió en Presidente para trazar una línea en menos de 30 años de lo que él llama un Gobierno corrupto y ‘neoliberal’. A esos cinco presidentes los responsabiliza de diversas formas: por la corrupción, la concentración de la riqueza, el fraude electoral y una fallida guerra contra las drogas que engendró aún más violencia. Poco después de su aplastante victoria en 2018, comenzó a hablar sobre la celebración de un referéndum sobre si llevar a los expresidentes a juicio”, dice la publicación.