Daniel Servitje Montull, presidente y director general de Grupo Bimbo, consideró que México enfrenta tiempos de incertidumbre y de enojo, en el que la confianza no se puede dictar ni imponer, sino que hay la necesidad de líderes que construyan un México más justo.
Sin embargo, afirmó, para esto es necesario evitar la división por temas políticos.
“No permitamos que la política nos divida, como líderes de empresa y sociedad, es nuestra responsabilidad promover una cultura de tolerancia y de diálogo. Todos tenemos derecho a opinar diferente a expresar nuestras ideas y concebir visiones distintas, y debemos hacerlo cuidando nuestras palabras y siendo ejemplo de tolerancia e inclusión”, expresó el empresario.
Durante la Ceremonia de Reconocimiento para otorgarle a Servitje la Medalla Egade al Liderazgo Global en Negocios 2018 en el Tecnológico de Monterrey, el hijo de uno de los fundadores de la panificadora global reconoció que existen problemas añejos y hondos en el país como la pobreza.
“Son tiempos de incertidumbre y la incertidumbre acumulada se puede convertir en miedo y enojo, en México también existe este sentimiento, existen problemas añejos y de hondas raíces como la pobreza, la falta de oportunidades, la corrupción, la inseguridad, la debilidad del estado de derecho, así como la grave impunidad”, manifestó.
Servitje Montull aseveró que “todos coincidamos en que necesitamos un México más justo y solidario y la sociedad demanda legítimamente poder vivir en un país seguro, donde haya pocas y buenas leyes que se respete y que se castigue a quien las viole, que procure mejores servicios de salud, así como educación de calidad para el nuevo mundo”.
Añadió que “no estamos mejor que nunca pero tampoco peor que antes y sobre la base que hemos logrado y con el potencial de nuestro país, debemos darle solución a los retos de México, México nos necesita, México necesita líderes que sean el cambio que queremos ver en la sociedad”.
“Si queremos un país donde la honestidad sea la norma, entonces seamos líderes que trabajan todos los días contra la corrupción, inseguridad y sobre todo la impunidad.
“Estoy convencido que si queremos un país honesto, debemos promover la confianza y la integridad, y la confianza se construye con ética, pero no se puede dictar ni imponer. Se cultiva, se teje día a día con el ejemplo, con la escucha, la moderación, el respeto a las normas y al entendimiento que somos un país grande y diverso”, abundó.