Si la película no llega a Tepito, el barrio va a las salas de cine y las graba.
Las calles en Tepito son temáticas: la de las bolsas, la de las portadas, la de los discos y la de las películas terminadas.
En el barrio nada es seguro, los acuerdos se respetan, pero depende con quién se hagan. Si haces piratería, te piratean, nadie respeta.
Todos tienen a sus trabajadores de confianza, diseñadores, informáticos y hackers. Todos juegan un papel primordial y muy pocos fueron a la escuela. Una de las fuentes consultadas pagó para que le enseñaran a editar fotos, 600 pesos por 10 minutos.
Otros tienen carreras técnicas, aprendieron y ahora “de eso viven”. Sus sueldos son de profesionales o mejores. Algunos ganan 15 mil pesos al mes. Si les toca un buen patrón o un puesto grande perciben hasta 30 mil. El dinero que se maneja es difícil de contar, pero de aquí sale para pagar todos los gastos.
No todas las películas que venden en Tepito son ilegales. La pornografía la traen desde Estados Unidos de manera legal. En nuestro país no está prohibida, sólo restringida.
Pasa por la aduana, paga impuestos y luego es convertida en masters, que terminan en todos los puestos de la República. Un negocio que se maneja por el actor o actriz porno de moda.
Para ejemplo, Mia Khalifa, una actriz porno que realizó un video con una burka y que generó miles de entradas para la industria pornográfica, fue un éxito, la gente llegaba a Tepito y buscaba sus videos.
Aunque es un mercado más cerrado, las compras se hacen al mayoreo y siempre hay títulos nuevos.
-Balazo en el pie-
Las grandes empresas de la cinematografía hacen jugosos negocios con las películas que producen, si es para niños, es mucho más rentable.
Aunado a estas ganancias, hay venta de juguetes -que también se pueden encontrar en Tepito-, ropa, mochilas y todo tipo de objetos con los personajes.
Para que la piratería funcione, los empresarios filtran a los “pirateros” los master con las películas. Incluso se sabe que llegan hasta con dos meses de anticipación y son distribuidas con gente de confianza. Cuando Letra Roja – a inicios de diciembre- estuvo presente en Tepito, comentaron que ya tenían lista la de Star Wars.
La inversión siempre se recupera, el pueblo gana, los “pirateros” ganan y los empresarios ganan. Todos felices vendiendo piratería.
-Cine para todos-
Sí la película no llega a Tepito, el barrio acude a los cines y la graba.
Una de las fuentes que nos lleva a este sitio se mete la mano a bolsa y saca un smartphone de los más nuevos. Le pagan hasta 2 mil pesos por grabar una película completa, y las ganancias generadas son muy altas, más si se trata de un estreno.
Algunas son verdaderos frankensteins, la imagen de cine grabada con un celular, el audio mejorado que un empresario filtró y los subtítulos con traductores descargados de internet -por eso a veces está mal-.
Entre más se tarde en salir la película, mejor vendrá y entre más días pasen desde el día de estreno subirá de categoría hasta llegar a clon de original, el nivel más alto de la piratería.
El negocio tiene pocas pérdidas, al final, la piratería siempre gana. Es un negociazo.