El secretario de la Comisión de Cambio Climático, el priista Tomás Roberto Montoya Díaz, propuso otorgar estímulos fiscales y diseñar políticas públicas para implementar el uso de vehículos eléctricos, con el propósito de combatir la contaminación ambiental y los efectos negativos de la emisión de gases efecto invernadero.
El legislador impulsa un punto de acuerdo para exhortar a los gobiernos estatales a establecer beneficios tributarios para personas físicas y morales por el uso o la posesión de vehículos eléctricos, híbridos o cualquier otro sistema de propulsión que sea amigable con el ambiente. Los estímulos no deberán afectar los niveles de recaudación de ingresos públicos.
También se solicitaría a la Comisión Federal de Electricidad aplicar medidas que favorezcan a los poseedores de automóviles eléctricos e incentiven su compra, con la instalación de medidores especiales que diferencien la cuantificación del consumo del hogar. Además, efectuar convenios de colaboración con autoridades estatales y municipales para abrir centrales de carga para estos vehículos en espacios públicos como estacionamientos de centros comerciales.
Pide a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y a Caminos y Puentes Federales (Capufe) considerar la posibilidad de eliminar del cobro de cuotas de peaje en autopistas a los autos eléctricos o híbridos.
Montoya Díaz refirió que de acuerdo con estudios, en las grandes ciudades la contaminación del aire se debe principalmente al sector transporte por las fallas que presenta, el congestionamiento vial que ocasiona y las grandes distancias que recorre. A esto se agrega una flota vehicular con tasa de renovación poco dinámica, que impide el uso generalizado de tecnologías de menores emisiones y mayor rendimiento energético.
Precisó que el parque vehicular del país en 2010 era de más de 24 millones de unidades, con una proyección de casi 54 millones para 2035. En términos generales, autos particulares, es decir compactos, subcompactos, de lujo y deportivos, representan la mayoría de la flota, con 53 por ciento del total. En seguida se encuentran los vehículos de carga, con aproximadamente 32 por ciento del total y el 15 por ciento restante corresponde al transporte de pasajeros.
Además, resaltó que en la medida que aumenta la contaminación, las visitas a hospitales por enfermedades respiratorias también se incrementan, con las consecuentes implicaciones económicas.
Comentó que si en la Ciudad de México se redujera la polución, las visitas a los nosocomios disminuirían en mil 517 al año, es decir, el 37 por ciento menos; lo que se traduciría en un ahorro por persona enferma de 24 mil 233 pesos para el sector salud o para las familias.
Montoya Díaz consideró que aminorar la contaminación del aire requiere una estrategia integral, con metas a corto, mediano y largo plazo, que involucre a todos los actores de la sociedad. “Es necesario e ineludible diseñar una política integral de transporte, cuyos componentes principales sean la introducción de tecnologías más limpias y la disponibilidad de mejores combustibles, con un menor contenido de azufre”.
Subrayó la importancia de los incentivos gubernamentales para impulsar el uso de autos amables con el medio ambiente como son los híbridos y eléctricos, clasificados como menos contaminantes y ahorradores de combustible por sus bajos niveles de consumo.
Se calcula, dijo, que el costo de la energía que necesita un automóvil de batería para circular durante un mes es 60 por ciento menor respecto de un coche que consume gasolina. Cálculos realizados por el Instituto de Asistencia en Investigaciones Ecológicas, muestran que un vehículo eléctrico circula o recorre mil 510 kilómetros al mes en promedio, que representa un costo menor de casi el 50 por ciento.