Las personas somos los únicos animales capaces de usar tecnología y comunicarnos a través de ella. Este escenario puede cambiar más pronto que tarde gracias al DogPhone, que permitiría a los perros ponerse en contacto con sus dueños en cualquier momento.

Este proyecto, que se ha mostrado en la 2021 ACM Interactive Surfaces and Spaces Conference, ha sido creado por la Universidad de Glasgow en colaboración con la doctora Ilyena Hirskyj-Douglas, su labrador de diez años y la Universidad Aalto en Finlandia.

Una tecnología pensada para que los perros puedan usarla

Pese a su nombre no se trata de un teléfono como tal. Es más bien una pelota que tiene dentro un acelerómetro conectado a Internet y asociado a un ordenador, que siempre está en casa. Cuando el perro la agita o la muerde se comienza una videollamada en la que dueño y perro pueden verse e interactuar.

En el caso de que el dueño, por la razón que sea, decida ignorar la llamada de su mascota puede hacerlo. Es decir, que la conexión tiene que ser aceptada por la persona. Por otra parte, la llamada también la puede hacer el dueño para ver qué está haciendo la mascota cuando está sola en casa. Y, ojo, esta posibilidad tampoco significa que vaya a haber conexión: puede ser que la mascota decida no acudir a la pantalla o ir a ver qué pasa y luego no mostrar interés – los que tengan perro sabrán que ellos son así –.

Esta tecnología permite, por ejemplo, que el perro pueda ponerse en contacto con su dueño si se siente solo mientras está en casa. En este sentido, el DogPhone es el primer dispositivo que da control a los perros, que deben estar debidamente entrenados para poder asociar el juguete a una videollamada.

Hasta el momento, la tecnología para mascotas siempre estaba enfocada para el uso de los dueños: dispensadores de comida que se pueden programar, cámaras de vigilancia o máquinas de ejercicio físico o mental. “Muy pocs productos parecen considerar lo que los perros podrían querer o cómo la tecnología podría beneficiarlos como seres vivos con pensamientos y sentimientos propios”, afirma la investigadora.

“Lo que quería hacer con DogPhone era encontrar una manera de convertir a Zack de un usuario de la tecnología, donde no tiene opción ni control sobre cómo interactúa con los dispositivos, en un usuario que puede tomar decisiones activas sobre cuándo, dónde y cómo hizo una llamada “, explica Hirskyj-Douglas.

El actual DogPhone, que sigue en desarrollo, es una pelota verde de tamaño considerable. La creadora escogió este formato porque, tras investigar un poco los gustos de su perro Zack, llegó a la conclusión que es el que más interesante podría parecerle. Hirskyj-Douglas también consideró usar un palo o un peluche.

La pelota solamente es una carcasa en base a los gustos de un perro concreto, que no son los mismos que los de otros perros. Por lo tanto, el DogPhone se puede instalar en cualquier otro juguete pues lo verdaderamente importante es sistema con conexión a Internet que lleva en su interior y que permite la videollamada.

¿Accidental o con intención?

La creadora sabe que “no se puede saber del cierto” si el perro es consciente que está haciendo la videollamada o se trata de una conexión hecha por accidente – simplemente estaba jugando con la pelota –. Sin embargo, sí ha visto ejemplos claros en los que Zack, su perro, ha tenido intención de llamarla.

Pese a que siempre será una incógnita saber la naturaleza de la llamada el DogPhone es un paso más hacia una especie de tecnología para perros, que permita a estas mascotas una mayor autonomía y control. Además, se ha demostrado que los perros tienen cierta capacidad para usar tecnología creada específicamente para ellos.