Saturday 20 de April del 2024

Brujería en el mercado de Sonora ¿verdadera magia o fraude?

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El mítico mercado es refugió de curanderos llenos de sabiduría que utilizan la herbolaria para ayudar, aunque también está abarrotado de charlatanes que se enriquecen a costa de la ilusión ajena.

Cegado por el odio, Dante buscó de todos los modos posibles, vengarse de su exmujer y del traidor de su sobrino por haberse ido juntos tras meses de romance oculto. En la búsqueda del método más doloroso para ejecutar la vendetta, llegó a la santería, donde unos brujos lo convencieron de iniciarse en la religión para hacer un trabajo que los “destruiría”.

Durante 14 años, los tres convivieron en su negocio de banquetería. Eran horas y hasta días los que pasaban juntos como compañeros de trabajo, por lo que la cercanía entre su sobrino Manuel y su esposa Flor no le extrañaba y mucho menos le incomodaba, hasta el día que un trabajador le dio el pitazo de la aventura.

A partir de que la semilla de la duda quedó sembrada en su inconsciente, fue que pudo percibir las señales del engaño. En ese momento todo adquirió claridad. Entendió por qué Manuel paseó en cuatrimoto varias veces a su esposa cuando fueron a Huatulco, los regalos sin sentido que dio a sus hijos un 30 de abril, y las breves palmadas en la rodilla de su mujer en reuniones con amigos, que, para él sólo demostraban la camaradería entre ellos.

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Cuando la noticia se regó entre la familia, fue que Dante decidió que la revancha debía ser equiparable a la vergüenza y humillación a la que se sentía sometido. Pensó en ir a golpearlos, en mandar a matarlos, secuestrarlos o quemarles la casa que recién rentaban en Querétaro. Pero todo le parecía estúpido pues sería al primero que culparían, tal vez por eso buscó una alternativa en lo “metafísico”, para así no dejar rastro.

De visita a la Merced, como cada 15 días para hacer parte de la despensa, desvió su camino de regreso y pasó al Mercado de Sonora, para perderse un rato entre el misticismo que guarda. 45 minutos después de caminar entre pasillos que se vuelven laberintos, salió con una cita programada para ver a un brujo en Atenco. Por cinco mil pesos de la iniciación que incluía baño con sangre de gallina, y otros cinco por el trabajo, lo ayudarían a interrumpir el nuevo embarazo de quien fuera su esposa y de paso volver estéril a Manuel, o al menos eso le prometieron

Meca de la herbolaria mexicana

Si bien el Distrito Federal está lleno de mercados, fijos y ambulantes, pocos son tan conocidos a nivel internacional como el Mercado de Sonora. Enclavado en la popular colonia Merced Balbuena, de la delegación Venustiano Carranza, fue abierto en 1957 por el entonces presidente Adolfo Ruiz Cortines.

Paralelo a su apertura, también fueron abiertos los mercados de la Merced y Jamaica, en un esfuerzo por regular la tradición de los tianguis en la ciudad, lo cierto es que, a casi 60 años, al menos el de Sonora presenta una serie de irregularidades, como los animales que venden para sacrificar en rituales que son pactados ahí dentro, aunque una de las principales críticas son las decenas de falsos brujos y estafadores que lucran con la ignorancia de los clientes.

Históricamente, este mercado creció y se hizo conocido por su venta de dulces, juguetes, artesanías y hierbas medicinales, todo a precios populares, para así prolongar una tradición prehispánica como la herbolaria, aunque con el paso de los años los comercios que ofrecían servicios esotéricos o de brujería, ganaron adeptos y actualmente es uno de los mayores atractivos a nivel internacional.

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En la primera sección de la enorme nave metálica que es el mercado, la que se ve a simple vista desde la avenida Fray Servando Teresa de Mier, es la zona inocente. Ahí es donde venden juguetes baratos para rellenar las piñatas que ahí mismo ofertan, diseñadas con los héroes y las princesas de moda. Además de enormes puestos de golosinas, en esta zona se pueden encontrar vestidos para fiestas de XV años y algunos locales de artesanías.

Los puestos de herbolaria son los que conectan la primera zona y la parte trasera conocida como el Mercado de Sonora Anexo. En un recorrido cotidiano, ahí se pueden comprar todo tipo de hierbas, plantas y sus derivados, como hoja de aguacate o semillas de zopilote para combatir casi todas las enfermedades: desde simples dolores estomacales, o cólicos premenstruales hasta diabetes, colesterol, ácido úrico, artritis, piedras en el riñón, hígado graso, cirrosis, osteoporosis y leucemia.

Sin embargo, también ofrecen remedios para males del alma, como el amor, el desamor, el engaño, la decepción y la ira, como gritan algunos mercaderes mientras se recorren los casi seis pasillos de esoterismo, magia negra y ocultismo.  Ofrecen cualquier variedad de lectura, del tarot, de mano, de cigarro, de ajos, de baraja española; limpias para proteger casas, negocios y personas; preparación de amuletos, amarres, desamarres, entierros, despojos mediante cualquier tipo de brujería y maleficio.

Desde que el olor a hierbas dispuestas en costales y bolsas se apodera del ambiente, es cuando se entra el verdadero mercado de Sonora, al menos a la parte que le brindó la fama actual. Además de la gran variedad de plantas medicinales secas o frescas, que se pueden adquirir, también hay veladoras, fragancias, semillas y brebajes para cuidar casas, así como amuletos de la suerte y esculturas de la Santa Muerte, una figura muy presente en toda esa zona.

“Limpias de gallinas negra o palomas, limpia con ramo, cubana, limpia de energía para niños, a distancia (…) se cura de espanto, impotencia, se leen las runas, manos, huevo, fotografía (…) se ayuda en juzgados, amarres, desamarres, personas lejanas, regresa al ser amado, se curan torceduras, amuletos para la buena suerte y casamiento, retiro de amantes, conflictos, sacan espíritus de casas, talleres mecánicos, bares, oficinas, terrenos…”, así se lee uno de los tantos folletos que dan mientras pasas por el mercado, aunque también ofrecen trabajos de panteón, preparación de veladores, lociones para personas, baños de amor y se incluye normalmente un número telefónico, para contactar después.

Los precios que se manejan son diversos, según la “dificultad” de lo que se desee, el costo se elevará. Por cincuenta pesos se pueden amuletos para suerte como herraduras, pequeñas figuras de la “niña blanca”, ramos para negocio, lociones de la suerte y hasta un pequeña limpia personal. No obstante, hay quienes necesitan certeza y pagan más de mil pesos por esos mismos trabajos u objetos, supuestamente por ser más efectivos.

En el caso de limpias más “potentes”, trabajos relaciones con el amor, la abundancia económica o problemas físicos más delicados, tal como fertilidad o impotencia sexual, los precios se disparan y alcanzan cantidades risibles, si se toma en cuenta que no hay certeza alguna sobre sus efectos. De tal forma que la limpia de un negocio puede alcanzar hasta los 3 mil pesos, según el tamaño del inmueble y los brujos que participen. Si se quiere asegurar al “amor de la vida”, hay quienes sueltan hasta 7 mil pesos, aunque nada tan caro como los trabajos donde se “usa” magia negra, dificilmente se consigue uno en menos de mil pesos en ocasiones superan los 10 mil.

Si bien estas prácticas esotéricas, muchas veces incluso fundamentadas en las diversas creencias religiosas, no constituyen un delito o forma parte de algunos, a lo largo de esos misteriosos pasillos se ofrecen servicios, cuya explicación es ofrecida por los supuestos brujos, brujas, practicantes del tarot, vudú y santería que las ofrecen, como algo que está más allá de la compresión, manipulación de energía para usarla a su antojo, o la aplicación de las artes más oscuras de la magia, aunque en realidad sean sólo charlatanes que se enriquecen con la necesidad de quienes necesitan un milagro.

Destruye a tus enemigos

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Tomás se inició en la Santería luego de ver como un trabajo donde sacrificó a un perro, había salvado su imprenta en Ecatepec. Acudió al mercado de Sonora por recomendación de su novia, quien conoció a un santero en sus clases de box. El tipo les haría un trabajo con descuento, así que compraron al can ahí mismo, pidieron “un cachorro para trabajo”, según recuerda. El sacrificio “funcionó” y las ventas se elevaron, pero sólo por un tiempo.

Aunque las ventas no volvieron a repuntar y los trabajos sacrificando animales seguían, fue su curiosidad la que lo llevó a tomar unos cursos de preparación para Santería, o Religión Yoruba como después supo era el nombre correcto. Todo lo que sabe, lo aprendió durante dos años de estudio a lado de un Obá Oriaté (sacerdote de alta jerarquía).

Fue así como supo que el santero de Sonora en realidad lo había estafado. 5 mil pesos fue el cobró por cada uno de los cuatro trabajos que hizo en su negocio, cuando ni siquiera era alguien reconocido por esa religión. Aunque aceptaba el poder de los Orishas (Santos), está seguro que el sacrificio del perro fue innecesario y el incremento de las ventas fue mera casualidad.

En otra ocasión, una señora llegó preocupada al centro de estudios mientras conversaba con el Obá Oriaté. Llevaba una pequeña vasija de barro comprada en el mercado de Sonora para alejar malos espíritus. Se trataba del orisha Elegua, el señor de los caminos. El vendedor le advirtió que para mantener la energía debía mantener tapado, de lo contrario algo terrible le pasaría. Tras varios días de tenerlo en una esquina de su casa, decenas de moscas comenzaron a rondar el recipiente, por lo que buscó ayuda.

Extrañado, el santero abrió la vasija y se llevó una gran sorpresa. “Lo único malo es que se puede morir de un coraje, porque sólo le vendieron pura miel en la olla”, fue lo que respondió a la señora, quien entonces supo en el engaño que había caído.

Por casos como los que narra Tomás, fue que, en junio de 2010, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) determinó que pueden ser acusados de fraudes todos esos supuestos santeros, brujos o brujas que lucren con la superstición, las necesidades y el desconocimiento de la gente.

Sin prueba más que se experiencia, tras años de recorridos, asegura que en el Mercado de Sonora el 90 por ciento de los santeros o brujos que ofrecen un trabajo son charlatanes. A manera de argumento, recuerda que en un folleto decía “Destruye a tus enemigos” y abajo la leyenda “precios especiales para personas de escasos recursos”. Para él, una prueba del engaño contra los necesitados.

***

En un cuarto de azotea, muy cerca a la carretera México-Texcoco, Dante recibió al primer santo, como algunos le llaman a los baños de sangre animal. Previó a ello, igual en el Sonora le vendieron un santo en mil 400, mismo que debió “alimentar” con humo de tabaco, dulces y escupitajos de mezcal. También en el mercado capitalino, fue donde compró siete collares santeros a 300 cada uno, ya que según representan las divinidades de la religión Yoruba.

Desde su iniciación, no volvió a recibir noticias de sus “víctimas” , pero el santero que hacía las veces de su padrino le recomendó pedir más favores a los santos (con baños de sangre y sacrificios animales de por medio) para asegurar su venganza.

Antes del cuarto trabajo, se enteró por sus hijos que Flor y Manuel estaban separados. El imprevisto nacimiento de gemelos alteró todos sus planes y él claudicó a la hora de sacar la relación a flote. Ella por su parte, volvió a casa de su madre para recomenzar su vida ahora con cinco hijos. A Dante en cambió, le robaron la camioneta de su negocio y en menos de seis meses estaba en la quiebra. Él se empeña en creer que fue una decisión de los orishas, y como tal debe respetarla.

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