Monday 29 de April del 2024

Con internet para todos, ganaremos los mexicanos, los perdedores serán Slim y los prianistas

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A punto de terminar el sexenio de Vicente Fox, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes autorizó a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para ofrecer su red de fibra óptica paralela al tendido eléctrico en el país, con banda ancha de Telecomunicaciones para utilizar Telefonía, Televisión, Internet y Transmisión de datos. Pocos hicieron caso.

La instalación de esta red paralela en más de 11,600 kilómetros, realizada en forma secreta por más de un año, con fondos públicos y recursos materiales y humanos del Presupuesto asignado a la CFE, requiere un aislamiento especial con revestimiento de un gel particular para evitar la contaminación y el ruido estático causado por la inducción electromagnética, propia de los cables conductores del fluido eléctrico de alta tensión.

Este nuevo tendido le da a la CFE, mediante el uso de la tecnología PLC –Power Line Communications–, la capacidad de transmitir señales en banda ancha, fundamentales para la Internet, además de ser útil para telefonía y portabilidad de otros servicios afines integrados. La tecnología PLC ofrece gran ventaja sobre las conexiones normales a través de cables de par trenzado de cobre. Las línea eléctricas de baja tensión también usan cables de cobre, pero lo hacen de forma más universal, porque no dependen de la proximidad a nodos de distribución.

Esta red es abierta por ser pública ya que se tendió con recursos de la Nación es ideal para que en unos cuantos meses, la conectividad a Internet pueda llegar a lugares remotos donde haya luz eléctrica, y donde hasta hoy no existe la posibilidad de hacer llegar Internet y otros servicios por cable, sea de televisión o telefonía. Oficialmente se ha calculado que este tipo de conectividad alcanzaría el 96% de los hogares mexicanos.

La adopción de esta nueva tecnología es de una magnitud enorme. La calidad de la conducción permite que, por ejemplo, se transmitan por Internet videos de excelente resolución, que pueden competir con los contenidos normalmente manejados por la televisión por cable o abierta.

Los grandes consorcios de Telecomunicaciones no han querido invertir en ella, pues consideran poco lucrativo proporcionar el servicio a poblaciones de escaso potencial económico. Además hay una enorme diferencia de ventaja para el público en general: Internet no entra en el régimen de concesión gubernamental. Tal vez por eso Telmex empezó un uso limitado de la fibra óptica en sitios lucrativamente viables.

Lo que esto traerá, a nivel social y cultural, es de repercusiones incalculables. De ahí la importancia del anuncio hecho por el Presidente Andrés Manuel López Obrador en su gira por Nayarit, sobre que ante la negativa empresarial a atender poblaciones distantes, la Administración que encabeza hará una empresa gubernamental para que todo México tenga conectividad por Internet.

Al Presidente le importa que los apoyos del gobierno federal lleguen fácilmente hasta las comunidades más alejadas, hoy olvidadas y menospreciadas por las grandes firmas de telecomunicaciones. La banca alega que la lejanía dificulta el traslado de valores y para los cajeros automáticos no hay conectividad disponible para su funcionamiento. Los telecomunicadores, por su parte, no quieren invertir en poblaciones que no les garanticen la inmediatez de sus ganancias. Nada con los pobres.

Por Miguel Angel Lizama
@Migueliz8

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