El presidente Pedro Castillo fue detenido horas después de su controversial mensaje

Horas antes de que el parlamento peruano se reuniera para debatir la destitución del presidente Pedro Castillo, este se adelantó y anunció la disolución del Congreso e instauró un gobierno de emergencia, un acto que fue calificado por organismos internacionales y locales como un “golpe de “Estado”.

“Se dictan las siguientes medidas: disolver temporalmente el Congreso de la República e instaurar un gobierno de emergencia excepcional; convocar en el más breve plazo a un nuevo Congreso con facultades constituyentes para elaborar una nueva Constitución en un plazo no mayor de nueve meses”, dijo Castillo en un mensaje a la nación leído desde el palacio de gobierno y transmitido por televisión.

Estas palabras no habían sido escuchadas en poco más de 30 años por los peruanos, luego del autogolpe del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), que disolvió el Congreso el 5 de abril de 1992.

Dicha medida fue interpretada como “un golpe de Estado” por la hasta hoy vicepresidenta Dina Boluarte, quien asumirá como la primera presidenta en la historia de Perú.

Tras el anuncio varios ministros del gobierno y funcionarios de organismos internacionales anunciaron sus renuncias al cargo en las redes sociales y en declaraciones a la prensa.

¿Qué es un Golpe de Estado?
De acuerdo con la RAE, el golpe de Estado se puede definir como la “usurpación violenta del gobierno de un país”.

No obstante, el licenciado en Ciencias Políticas, Herminio Sánchez de la Barquera Arroyo lo define como “un acto de violencia en contra de las normas constitucionales de un Estado, con el propósito de substituir al régimen o al gobierno por medio de la fuerza militar o amenazando con emplearla.

Es por tanto, “un acto ilegal, que generalmente se trata de justificar invocando a valores superiores a la Constitución o argumentando que se desea defender a esta frente a graves peligros […] Al contrario que una revolución, un golpe de Estado se lleva a cabo generalmente desde arriba, sin apoyo directo de los grandes grupos de la población y abarcan muy diversos grados de intervención de la fuerza en la política”, indica.

Un ejemplo de esto es, por ejemplo, cuando un Parlamento depone ilegalmente a un primer ministro o cuando un Presidente disuelve por medios violentos al Congreso, o empleando la amenaza del uso de la fuerza.

La socióloga española Carmen Martín afirma que una de las condiciones fundamentales para el éxito de un golpe de Estado es contar con apoyo dentro de la administración pública. “Sin el apoyo o, al menos, la connivencia de la burocracia, las fuerzas armadas o la policía es probable que un intento golpista fracase o no perdure mucho tiempo”, asegura.