Saturday 27 de April del 2024

La verdadera historia de Quasimodo, el jorobado de Notre Dame

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Monsieur le Bossu (el jorobado) y Victor Hugo pudieron haber trabajado juntos.

Nuestra Señora de París (1831), la novela emblemática de Victor Hugo, puso al personaje de Quasimodo en el Olimpo de la fama, al lado de los protagonistas literarios más recordados de todos los tiempos.

A lo largo de los once libros que componen esta obra clásica del Romanticismo, la popularidad del jorobado sordo aumenta a tal grado que se vuelve imposible no relacionar su imagen con la de la Catedral de Notre Dame. Uno sigue pensando que esta curiosa figura habita entre las ahora cenizas del campanario y que se esconde entre los escombros.

Sí existió un jorobado en Notre Dame
Especialmente desde que se conoció que Quasimodo no surgió únicamente de la brutal imaginación del dramaturgo francés, pues realmente existió un jorobado que trabajó como carpintero en el recinto precisamente en la época de Victor Hugo, como informó la galería Tate de Londres en un archivo perteneciente a su acervo.

“Solicité entonces trabajo en los estudios del Gobierno, donde se encargaban de ejecutar las grandes figuras para la decoración, y allí conocí a monsieur Trajan, que tallaba bajo las órdenes de un escultor del Gobierno cuyo nombre he olvidado porque no tuve relación con él. Todo lo que sé es que era jorobado y no le gustaba mezclarse con los talladores”.
HENRY SIBSON.

¿Cómo se conocieron el jorobado y Victor Hugo?
Se trata de las memorias de Henry Sibson (1795-1870), un desconocido aventurero británico que recorrió Europa durante el siglo XIX y quien en 1820 consiguió empleo como escultor en París. Cuando el Gobierno francés ordenó la reparación de Notre Dame, al tener un desacuerdo con su actual jefe, solicitó trabajo en las obras de la catedral.

Las primeras imágenes de la Catedral de Notre Dame tras el fatídico incendio.
Allí conoció al tal monsieur Trajan y a Monsieur le Bossu (el jorobado), que pudo haberse cruzado con Victor Hugo porque este fue uno de los más interesados en la restauración y, como cuenta Infobae, junto con otros poetas, se pronunció a favor de un diseño gótico, convirtiéndose en el principal promotor del Comité Histórico de Artes y Monumentos (1830).

Todo parece indicar que tanto los escultores como los albañiles que describió Henry Sibson habitaron en un cuarto anexo a la Escuela de Bellas Artes, donde Victor Hugo vivió en aquella época.

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