Hablemos un poco del “líder” del Sindicato del Metro.
Su nombre es Fernando Espino Arevalo. Tiene 72 años, es ingeniero eléctrico del IPN, michoacano, y ocupa la secretaría general del sindicato de trabajadores del metro desde hace 43 años.
Para permanecer tanto tiempo en esa secretaría ha modificado los estatutos sindicales a su antojo todas las veces que ha querido. Le gusta mucho el box y en los 90’s soñó con impulsar la carrera de promesas del boxeo utilizando recursos de los trabajadores del metro. Ha creado un sin fin de empresas fantasma con las cuales vende insumos y servicios de mantenimiento preventivo, correctivo y profundo al sistema de transporte colectivo mediante una red de complicidades que alcanzan todas la áreas del organismo.
Al inicio del nuevo milenio, por allá de los dosmiles y con la llegada de Andrés Manuel Obrador a la jefatura de gobierno de la CDMX, se intentó acotar su poder, frenar su nepotismo y detener la profunda corrupción con la que manejaba el metro; pero en ese entonces, el PRI lo protegió y lo hizo diputado. Fernando Espino, muy envalentonado, dijo en 2001 que le podía “partir su m@$#% a Andrés Manuel López Obrador con una mano amarrada”.
Espino ha sido diputado federal y local respaldado por el PRI. Sobra decir que al interior del sindicato gobierna con terror y mano de hierro, y que cualquier intento de disidencia es reprimido.
La única relación cordial que ha tenido con el gobierno desde que en la CDMX se pueden elegir gobernantes (antes todos los regentes eran de el PRI), la tuvo con la administración de Miguel Ángel Mancera, con quien colaboró en todo momento para “auditar la línea 12” mediante el jefe de oficina de Miguel Ángel Mancera, Miguel Ángel Vázquez, quien hoy está en el reclusorio acusado de desvío de dinero.
Es este lider sindical que tiene absolutamente a toda su familia, incluidas 3 ex esposas en la nómina del metro, quien hoy convoca a un “paro indefinido” para solicitar la destitución de la directora del metro y “denunciar” la falta de mantenimiento en el STC.
Si bien es cierto que el metro sufre un abandono terrible que pone en riesgo a los usuarios y trabajadores, és el lider sindical del metro uno de los responsables más directos de que el metro hoy sea un peligro para todos.
No caigamos en su juego politiquero.
Lo último que le importa a Fernando Espino, amigazo también de Cuauhtémoc Gutiérrez, es la seguridad de los trabajadores y usuarios, el sólo quiere mantener su poder.
