Luego de tomar posesión, el pasado 12 de noviembre, Rosario Piedra anunció un plan de austeridad en el organismo. La nueva presidenta de la CNDH enumeró 20 medidas de austeridad con las que se espera reducir en 30% en el gasto del organismo.

Piedra aseguró que esta nueva medida no afectará las áreas de atención, “sino el dispendio y los excesos que han caracterizado a la alta burocracia” de México.

“Hoy iniciamos la reforma de la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Empezamos asumiendo la austeridad como un acto de congruencia”

Hoy, en su primera conferencia de prensa Rosario sentenció:

“Hoy regresamos la comisión al pueblo de México, sacarla de oficinas y darla a quien más la necesita”

Ahora entienden por qué tanta oposición a su nombramiento, y porqué antes de su llegada 5 “consejeros” salieron huyendo?

¿Cuáles son las medidas de austeridad? Son 20.

Las medidas que presentó Piedra son muy parecidas o están incluidas en los 50 puntos anticorrupción y austeridad republicana del presidente Andrés Manuel López Obrador:

Reducción de su sueldo como presidenta de la CNDH y de los mandos de los primeros seis grupos del tabulador de sueldos.

Se reducirán los sueldos de quienes actualmente ganan más que el presidente (108,000 pesos) con lo que se busca un ahorro de 30% del gasto actual.

Se recortará el gasto de operación y se revisará la plantilla de empleados de confianza, para eliminar el “burocratismo”. Se suspenderá la contratación de personal eventual y por honorarios.

Habrá “transparencia” en la incorporación de nuevos servidores públicos y en las indemnizaciones laborales de los servidores que sean separados de sus cargos, empleos o comisiones.

Se revisará la contratación de los prestadores de servicios de intendencia, limpieza y vigilancia y se les asegurará un salario más justo y suficiente.
Se reducirán los gastos de viáticos al mínimo y se mantendrán solo aquellos que sean propicios de las exigencias del trabajo y actividades en el interior del país.

No se harán viajes al extranjero, salvo en casos verdaderamente justificados y se reducirá la partida al mínimos.

Se revisarán los contratos de prestación de servicios, renta de equipos, etc. y se cancelarán y se actuará legalmente en los que hayan sido otorgados mediante influyentismo y la corrupción.
Se reducirá el número de asesores, para mantener solo aquellos que justifiquen sus tareas.
Se eliminan los gastos de la presidencia en comidas, eventos y viajes, gastos de representación y cualquier bono, apoyo o estímulo dentro de la CNDH.

Se eliminará la “caja de ahorro especial” y dejará de existir la partida conocida como “seguro de separación individualizada”.

Se revisarán los inmuebles con que cuenta la CNDH y se valorará su utilidad. No se remodelará ninguna oficina ni se comprará mobiliario de lujo.

Se revisarán los procedimientos internos para dar atención a las víctimas. Se suprimirán las estructuras y programas duplicados o innecesarios.

La presidencia conservará autos mínimos que requiera para su tarea y el resto se destinará para la atención de víctimas y al trabajo de otras áreas.
Se eliminará cualquier “conflicto de interés” que implica la contratación de familiares en el personal de confianza.
Se revisarán los gastos de publicidad oficial para reducirlos al mínimo.
Se evitarán gastos de oficina innecesarios y se ahorrará en energía eléctrica, en agua, servicios telefónicos, internet, gasolina e insumos pagados con el presupuesto de la CNDH.

No se podrán recibir regalos cuyo valor exceda los 5,000 pesos.

No se autorizará la contratación de externos para elaborar investigaciones, proyectos, planes o cualquier tipo de análisis y recomendaciones que puedan hacerse con el trabajo y la capacidad profesional de los servidores públicos de la CNDH.
Todos los funcionarios de primer nivel, empezando por la presidenta, presentarán su declaración de bienes patrimoniales y de familiares cercanos. Además la información debe ser publicada y transparentada.