1. Deshidratación

  ¿Estás bebiendo suficiente agua durante el día? Es fácil olvidarlo, sobre todo cuando tienes mil preocupaciones y te vas directo al café o al té (que no son tan beneficiosos como el agua simple). La falta de agua tiene efectos negativos sobre el cuerpo: los órganos no funcionan como deberían y el corazón bombea sangre a una velocidad menor de la normal, lo que provoca el cansancio.

2. Depresión o estrés

Muchas personas no se dan cuenta de que los padecen y el cansancio los lleva a una falta de motivación (o al revés). ¿Crees que haya algo detrás de ese cansancio? ¿Te sientes más preocupada, triste o sensible de lo normal? La terapia, la actividad física y el autocuidado son tres cosas que pueden ayudarte si es el caso.

3. No comes bien

Los alimentos altos en grasa y carbohidratos te hacen sentir cansada. En cambio, comidas ricas en hierro, los vegetales y frutas secas te dan la energía que necesitas durante el día.

4. Los niveles de azúcar en la sangre

Un desequilibrio podría provocarte esa fatiga que no puedes explicar, sobre todo si llevas una dieta que incluye comidas procesadas o con cantidades altas de azúcar. Te convendría bajarle al azúcar o retirarlo de tu dieta definitivamente, aunque sea difícil.

5. Problemas de salud

Si tomas suficiente agua, llevas una dieta saludable y te ejercitas con regularidad y aun así no sabes a qué se debe tu cansancio, puede deberse a una condición médica por la que deberías consultar a un médico: anemia, síndrome de fatiga crónica, fibromialgia y apnea del sueño pueden ser algunas.