Estar conformes frente al espejo, depende, además de la aceptación, de un poco de astucia y del buen ojo para elegir lo que llevamos puesto.

Porque la ropa acertada puede hacernos lucir más estilizadas, camuflar aquellas redondeces más rebeldes y destacar nuestros puntos fuertes.

El siguiente paso será poner en marcha los trucos que juegan con los efectos ópticos.

Atención al color

El negro estiliza más que ningún otro tono y es un comodín para usar tanto de día como de noche. Pero no es la única alternativa con efecto afinador. La gama de los azules y los grises, el tabaco y otras opciones oscuras también pueden ser favorecedoras. Por el contrario, la paleta más clara y brillante dará la sensación de más volumen.

Monocromía, al frente

Un equipo en un mismo tono o con pequeñas variaciones dentro de esa opción tendrá un efecto estilizador.

Estampas reducidas

Siempre resultan más favorecedoras. Más aún, si los colores no son demasiado contrastados.

Accesorios aliados

Ayudan a desviar la mirada hacia dónde queremos y a crear un foco de atención único. Los aros, collares o chalinas llevan la vista hacia el rostro.

¿Pollera o pantalón?

Para las mujeres con piernas delgadas, las polleras cortas o pantalones ajustados serán lo acertado. En cambio, las caderas y piernas fuertes quedarán equilibradas con pantalones de tiro medio y corte recto y polleras a mitad de la rodilla y en línea A.

El talle justo

Contrariamente a lo que se cree las prendas demasiado sueltas, suman volumen y hacen parecer más ancha. Por otra parte, cuando son demasiado adheridas dan la sensación de un cuerpo de mayor escala.

Mucha delantera

Las remeras y blusas con escote en “V” y los blazers entallados y de solapas escotadas, la mejor opción.