El bebé de 11 meses, Charlie Gard, ha conmovido a todo el mundo, ya que su caso es tan desesperado que hasta el Vaticano intervino para acompañar a los jóvenes padres del pequeño a darle un final merecido. El hospital Bambino Jesú, en ciudad de Vaticano, también se ofreció a cuidarlo hasta el acabose pero por razones legales, su traslado es imposible.

El bebé, dicen los médicos que lo tratan, no sobrevivirá mucho tiempo más, ya que la enfermedad que padece atrofia todo progreso muscular y el crecimiento. Es por eso que los médicos le dijeron a los padres que la enfermedad de Charlie es irreversible y no hay cura. Esto después de que lo conectaran a un respirador artificial. Los padres, desesperados, apelaron a la justicia británica la decisión de dejarlo vivir hasta que ellos quisieran, cosa que negaron.

Los padres volvieron a apelar para el bebé pudiese recibir tratamiento en Estados Unidos. La autorización se la negó el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, ya que los médicos probaron que Charlie tiene daños irreversibles en su cerebro.

El pequeño sufre de una enfermedad llamada síndrome de depleción del ADN mitocondrial, una enfermedad que es tan rara que sus pacientes no sobreviven al año de vida. Según el hospital, el Papa Francisco sigue con mucha preocupación su caso.